19 de septiembre de 2012

"Como olvidarla"


Te acordas de Gabriela Gili? , una diosa de las telenovelas Argentinas de los años 70 y 80.
Tiene una pagina web muy bonita con su biografia.

¿TIRAR MANTECA AL TECHO?

Los muchachos bolicheros de todos los tiempos siempre apelaron al ingenio para divertirse gratis.
Hay una expresión popular que mil veces hemos escuchado y utilizado en alguna ocasión, “TIRAR MANTECA AL TECHO”. ¿De donde viene esta expresión?
Cuentan que allá por los años 20 la muchachada de los bares y cafés porteños,  arrojaban  con los cubiertos un poco de manteca a los techos.
La idea era realizar competencias, para ver quién era capaz de dejar pegados más pedazos de manteca o cuál de ellos se mantenía adherido por más tiempo al castigado techo.
También gozaban cuando algún fragmento grasoso de este producto se despegaba y caía sobre algún cliente que cuando advertía lo que pasaba les dejaba un rosario de puteadas.
Nosotros allá por los años 70 nos divertíamos de manera una tanto más inofensiva tratando de no jorobar a nadie, bueno, a casi nadie.
Eran otras épocas y si en un bar hacías lió o te pasabas de rosca te agarraban  a patadas en el trasero.
Recuerdo siempre una broma que le hacíamos a los mozos que atendían, luego de pagar y a la hora de dejar la propina.
En esos años la gran mayoría que fumaba usaba fósforos, la carterita, la fragata que eran fósforos de madera y los de cera.
Estos últimos los encendíamos y derretíamos la cera en la mesa sobre la cual posábamos las monedas que dejábamos de propina, las cuales quedaban  adheridas firmemente sobre ellas.
Cuando nos  íbamos y el mozo retiraba lo que había quedado sobre la mesa, quería levantar las monedas que dejábamos,  y no podía.
Bueno, este improvisado pegamento no era la gotita de hoy, con un poco de esfuerzo las terminaban despegando.
Naturalmente esta situación motivaba la risa de todos y naturalmente la nuestra también.

"QUE GRANDE EL ANCHO" Un recuerdo permanente.

Rubén “El Ancho” Peucelle cumplió 80 años y celebró su aniversario junto a su hijo, la novia y sus tres nietos. A medio siglo de su debut en Titanes en el Ring, el programa que cautivó a miles de chicos (y muchos grandes), Peucelle recuerda con mucho cariño “el amor y las sonrisas de los pibes” y revela el secreto de su impecable estado de salud: hacer gimnasia al menos una hora todas las mañanas.
El mítico luchador de la troupe creada por Martín Karadagián cuenta al Zonal de Clarín que todavía hoy es motivo de obsequios, piropos y mimos para muchos. “A veces vienen los padres con sus hijos y les dicen: ‘Este es El Ancho, el campeón’. Me piden fotos, o que les firme un autógrafo“, repasa con emoción. Y agrega: “Yo encantado, siempre disfruté muchísimo hablar con la gente que me quiere”.
El Ancho cuenta que aún sostiene la rutina de levantarse a la mañana temprano y practicar sus ejercicios en el gimnasio que tiene instalado en su casa. “Claro que no levanto ni entreno con la misma intensidad de cuando tenía 20“, aclara con una sonrisa. Pero, incluso así, mantiene unos 92 kilos de puro músculo y fibra que aún hoy sostienen su famoso apodo.
Peucelle debutó en Titanes en el Ring en 1963. “Pero la época dorada vino una década más tarde. No sé si habrá sido por la música o qué, pero en ese momento explotó todo“, señala. Fue el momento en que se consolidaron los personajes más recordados, como “La Momia Blanca” o “El Caballero Rojo”.
“Era fantástico, todo eso no me lo voy a olvidar jamás: cuando aparecíamos era como si se hubiese abierto el cielo y hubiera caído un meteorito o un satélite“, señala el titán mientras se le escapa una gran carcajada. Es que la troupe era muy querida y él recuerda muy bien que cada lugar donde se presentaban terminaba colmado de familias enteras que los esperaban al final de cada show para la foto y el autógrafo. “¿Sabés los problemas que tuve por eso? Cuando terminabamos un espectáculo, la gente no nos dejaba salir y nosotros nos teníamos que ir a trabajar a otro lado. Me partía el corazón dejar a los chicos sin el autógrafo –confiesa–, tenías que ver las caras que ponían”.
El Ancho cuenta que lo pone muy feliz haber llegado a los 80 en buen estado. “Se lo tengo que agradecer a la gimnasia“, sostiene. Eligió pasar el día junto a su familia “sin hacer demasiado ruido”. Y asegura que si tuviera 20 años otra vez volvería a elegir el mismo camino del fisicoculturismo y la lucha. “En el barrio siempre me tratan bárbaro, me saludan como a un artista. Eso me motiva y llena de orgullo para siempre”, finaliza.
DIARIO PERFIL.com 17/09/2012

El Fitito.

 
Decía que soy fanático de tantas cosas pero fundamentalmente de las que me marcaron de una forma u otra.
Otras de ellas, fue el primer auto que tuve y que compramos con la que hoy es mi
Esposa, fue allá por los años 80.
Este autito era un fíat 600 modelo 61 del cual desafortunadamente no tengo fotos guardadas.
La verdad que mejor, porque el estado del pobre era lamentable, pero  nosotros contentos porque era lo que podíamos comprar.
Si bien en Argentina este auto de fabricó en los 60 y los 80 la verdadera explosión en las ventas fue en la década de 70.
Repasemos juntos un poco de la historia de este verdadero suceso a nivel mundial.
El Fiat 600 fue diseñado por Dante Giacosa y construido por la empresa FIAT desde 1955 hasta 1970.
Fue un éxito mundial que se fabricó en muchos países, a veces con el nombre de Fiat 600, como los producidos en Argentina desde 1960 hasta 1982 y otras con diversos nombres como los fabricados a través de licencias de producción como Seat 600 en España entre los años 1957 a 1973 o como Zastava en Yugoslavia con el Zastava 750 desde 1955 hasta 1985.
El "FIAT 600", es la evolución del "FIAT 500" y este a la vez del "FIAT" TOPOLINO.
De solo 3,22 metros de largo, fue el primer automóvil diseñado por FIAT con el motor en el extremo trasero. Siempre se le consideró un vehículo económico y de consumo masivo, diametralmente opuesto a lo que se fabricaba en aquel entonces en los Estados Unidos.
Creado para transportar cuatro personas, era muy compacto y económico y ofrecía un alto rendimiento.
El diminuto FIAT fue presentado al público consumidor el 9 de marzo de 1955 en el Palacio de Exposiciones de Ginebra.
Dotado de dos puertas (en las primeras ediciones con apertura "contra viento") y con una capacidad justa para cuatro personas, estaba equipado con un motor de 633 cc situado en la parte posterior, dotándolo de una potencia de 21 CV, que le permitía alcanzar unos 95 km/h.
Originalmente poseía un motor de 600 cc que era parte del nombre tan característico del modelo.
Luego fue evolucionando a un motor un tanto más grande (797 cc), y al final de su producción contaba con un motor de 850 cc.
Fiat 600 Argentino sufrió diferentes variantes, lo que lo convirtió en un auto simultáneamente mundial y local.
En nuestro país las primeras unidades fueron importadas masivamente en el año 1958 desde Italia.
Su producción local en manos de la empresa Fiat Someca S.A se inició el 7 de abril de 1960 con el modelo 600, que era réplica exacta de su par italiano salido de las líneas de montaje en ese momento.
La motorización también era similar: 633 cc y 28,5 CV DIN.
Las primeras unidades, junto con el modelo 1100, fueron armadas con piezas en su mayoría importadas italianas, pero eso rápidamente fue cambiando con el correr de los primeros meses a medida que se iban nacionalizando las distintas partes suministradas por proveedores externos locales.
Las carrocerías venían desarmadas desde Italia y se ensamblaban en la planta fabril de automóviles que Fiat Argentina fundó en la ciudad de Caseros, Provincia de Buenos Aires.
Los motores, cajas de velocidad y otros elementos mecánicos eran provistos por la misma empresa desde la localidad de Ferreyra, Provincia de Córdoba.
En 1963, la producción de carrocerías comienza a trasladarse al nuevo centro industrial de la ciudad de El Palomar, coincidiendo con el lanzamiento del nuevo modelo Fiat 1500.
Desde este sitio salieron la inmensa mayoría de los Fiat Argentinos hasta 1996.
En 1962 Fiat Someca S.A. lanza al mercado el modelo D, donde una de sus principales características era una planta motriz con mayor cilindrada y potencia.
Leves detalles exteriores variaban, como la incorporación de los ventiletes.
En agosto de 1964 la versión D disponía de importantes variantes, entre ellas la modificación del sistema de filtrado de aire del motor y la incorporación del sistema sellado de refrigeración del motor.
Las puertas continuaban abriéndose en contra del viento (conocidas popularmente como "suicidas").
Este modelo incluía detalles como la llave de arranque debajo del volante y traba de seguridad del mismo.
El modelo E de este auto fue lanzado al mercado en abril de 1965.
La característica más notable y de importancia fueron las puertas de apertura convencional a favor del viento, pero sin cambiar en absoluto la estética interior ni exterior.
De esta manera, continuaría su producción sin variantes hasta fines de 1966.
En 1967 Fiat Concord S.A. presenta el 600 E (segunda serie), similar al anterior, con excepción del sistema de filtrado de aire, que vuelve a cambiar para adoptar de aquí en más y para siempre el tipo de filtro seco a cartucho recambiable.
Durante 1968, el único cambio de importancia que se registró fueron los nuevos paragolpes, con un diseño más moderno, en el que las defensas eran de caño de acero cromado en reemplazo de las de acero plano.
1970 fue un año de los grandes cambios para el "fitito" como se lo conocía en aquella época.
En primer lugar, el ya clásico modelo E presenta una nueva gama de colores.
Por otra parte, vuelve a cambiar las llantas, manteniendo sus dimensiones, pero reemplazando las ventilaciones en forma de "gota" por otras cuadradas.
Las tazas adoptan un perfil plano de nuevo diseño, y serán las últimas que lo equiparán.
En el habitáculo, el gran cambio se encuentra en el tablero de instrumentos, totalmente nuevo y mucho más moderno, que acompañará al resto de la producción del 600 hasta su fin en 1982.
En noviembre de 1970 Fíat anunció el modelo R, que además de volver a incluir mejoras en su mecánica, también su estética exterior fue modernizada notablemente con la eliminación de las molduras exteriores laterales y el ornamento de la tapa del baúl.
Las llantas fueron reemplazadas por otras cuyo diseño tal vez sea el más recordado de todos y que han trascendido, incluso hacia otros modelos de la marca en Argentina.
En el período comprendido entre noviembre de 1970 y julio de 1977, el modelo R se mantiene sin cambios de importancia alcanzando en este período, sin embargo el récord de producción de un mismo modelo, tanto fue así que se mantuvo casi 7 años ininterrumpidos sin registrarse variantes de importancia.
Otra versión de este auto el 600 S fue presentado en julio de 1977.
El principal cambio de esta versión sin duda radicaba en su mecánica, ya que vuelve a aumentar su cilindrada a los definitivos 866 cc y una potencia de 34 CV DIN, lo que lo convirtió en un auto mucho más ágil y éste motor será el último modelo fabricado para el 600 hasta su fin.
Las últimas modificaciones, más bien estéticas, que recibió el 600 S fue a principios de 1981, poco después de la llegada de la firma Sevel Argentina S.A.
Los días finales del FIAT 600 como producción Argentina ya estaban contados a partir de la conformación de Sevel Argentina S.A. en 1980.
Fiat Concord S.A. se retira de la Argentina y de esta manera pierde el control directo de sus acciones industriales en el país dejando a Sevel a cargo de la continuación bajo licencia de la producción de sus automóviles, camiones, tractores y grandes motores diésel industriales.
La nueva empresa decidió la descontinuación del 600 S, junto con el modelo 133, para ser reemplazado por el nuevo modelo 147 el 9 de abril de 1982, covirtiendose este auto en otro símbolo de la marca en Argentina.