15 de noviembre de 2018

LA RATA.


Imposible creerte si me decís que en tu época de estudiante nunca te hiciste la rata.
Cuantas veces encaraste desde tu casa al colegio y a mitad de camino te desviaste y no concurriste a clases.
Mil excusas aparecían para hacerlo, no estudiaste y había un examen, había dos horas de historia y el profesor era un plomo, o simplemente amaneció un día espectacular que te invitaba a estar en cualquier lugar menos en el colegio.
Muchas veces la rateada se armaba el día anterior en la escuela y otras tantas veces surgía de manera espontánea cuando caminábamos para ir a clases.
Pero la cosa es que, un día salíamos de nuestra casa pero no llegábamos al colegio y naturalmente nuestros viejos no sabían absolutamente nada.
Recuerdo siempre que teníamos varios destinos para pasar el día, los lagos de Palermo, el Parque Lezama o directamente encarar hacia el centro, la calle Florida y Lavalle tenían un atractivo especial.
Si bien había alternativas varias, teníamos  un lugar preferido y este era PARQUE LEZAMA.
Muy temprano tomábamos el tren en la estación de Lomas y bajábamos en Plaza Constitución.
Si había plata sacábamos boleto y esto evitaba esquivar al guarda del tren y los que estaban en los controles de la estación Constitución.
Para esto último, salíamos por el último andén que daba sobre la calle Hornos donde había un par de puertas que no tenían control.
Una vez afuera, íbamos caminando por la calle Brasil y rápidamente llegábamos a destino.
Recuerdo siempre que nos dirigíamos a la esquina de Defensa y Caseros donde todavía esta una bicicletita que en aquel tiempo, mediados de los setenta, entre otras cosas alquilaba bicicletas.
Luego de dar algunas vueltas, descansábamos un rato, fumábamos algún pucho y buscábamos algún lugar donde tomar y comer algo rápido.
La música siempre nos acompañaba, era algo infaltable, la pequeña radio a pilas era una fiel compañera que se sumaba al grupo.  
Cerca del mediodía pegábamos la vuelta y rumbeábamos nuevamente para Plaza Constitución a tomar el tren que nos llevaría a Lomas de Zamora.
El hacerse la rata naturalmente no es un invento Argentino, ocurre en otras partes del mundo, pero en nuestro país dicen que tiene su origen cuando a comienzos del Siglo XX, los alumnos del Colegio Nacional Buenos Aires que eran pupilos y sometidos a una estricta disciplina, se escapaban a la calle por algunos túneles bajo tierra, mezclándose con las ratas que  infestaban esos oscuros pasadizos.
Y de ahí parecería que nació el término “RATEARSE ” o “HACERSE LA RATA”, refiriéndose a esos días en que no tenéis ninguna gana de ir al colegio.
Puede que así sea o no, pero la única realidad es que donde hay una escuela, siempre habrá alguien que quiera ratearse.

Los Hippies.


Para la gente muy joven hablar de Hippies es algo poco presente, pero para los que tenemos unos cuantos años, siempre recordaremos a este movimiento que tuvo su auge en la década del 60 y 70 que apoyaba la filosofía de la paz, el amor, la comunidad, rechazando aquellos valores de la clase media y las enseñanzas de las  generaciones anteriores a ellos.
El movimiento Hippie creo su propia cultura, la cual promovía  el amor gratuito que consideró piedra fundacional de la revolución sexual.
Pero como todo cambio basado en extremismos tuvo su lado oscuro, apoyando el abuso de las drogas y el uso de sustancias que iban desde la marihuana hasta el LSD.
El movimiento Hippie comenzó en California, y luego se esparció por los Estados unidos, Canadá y otras partes del mundo.
La mayoría de sus integrantes eran jóvenes, entre las edades de 15 y 25, y un dicho entre el movimiento era que nadie mayor a 30 años era una persona de confianza.
Mientras se movían hacia California desde familias de clase media, su música, moda y artes comenzaron a influenciar las tendencias del resto del país y en muy poco tiempo del mundo.
Los integrantes de este movimiento, usaban las artes en todas sus formas de expresión  para comunicar su protesta por el status quo y "lo establecido", y en particular la música era el medio que los Hippies elegían sobre otras formas.El movimiento ganó notoriedad en 1967 con un concierto en San Francisco iniciando el verano del amor.
 
Además de expresar sus ideas sobre sexualidad, drogas y autoridad, los Hippies usaban su música y otras formas artísticas para opinar sobre política y otros aspectos sociales.
Seguían una filosofía pacifista y buscaban protestar contra la guerra mediante demostraciones no violentas, incluyendo quemas de cartas, sentadas y todo tipo de protestas.
La cultura Hippie muchas veces fomentaba la salida de la sociedad convencional a la cual le atribuían todos los problemas sociales.
Para muchos este movimiento en muchos aspectos cambio al mundo, dado que su revolución cultural dejo entre otras cosas, la libertad sexual, el movimiento ambiental, la defensa de causas humanitarias, el movimiento de comida natural y una mayor aceptación de la diversidad religiosa, cultura y étnica.  

DOS BUENAS SERIES DE TV. QUE SE VIERON DE MANERA SIMULTANEA EN LA TELEVISION ARGENTINA.

KOJAK-
 
Emitida durante los años 1973 y 1978,  esta serie fue protagonizada por el recordado actor Telly Savalas quien interpretaba al teniente Teo Kojak, un policía de Nueva York en el distrito de Manhattan Sur.
La trama giraba  alrededor de los esfuerzos del incorruptible teniente kojak, un policía calvo, cínico y agudo, con tendencia a forzar las reglas para llevar a un criminal a la cárcel.
 
LAS CALLES DE SAN FRANCISCO.
 
La serie se filmó entre los años 1972 y 1977 y narraba las aventuras de dos oficiales de policía destinados a resolver casos de homicidio recorriendo las calles de la Ciudad de San Francisco.
Esta pareja de policias estaba formada por el veterano teniente Mike Stone (Karl Malden) con más de 20 años de servicio y el joven oficial Steve Keller (Michel Douglas) de 28 años recientemente graduado.