9 de agosto de 2011

FERNANDO.


Desde chico Banfield, el equipo de mi barrio me contó como un hincha que seguía todas sus campañas, de local y la gran mayoría de los partidos de visitante, siempre estaba en la tribuna. 
Recuerdo que luego de un unos años con malos resultados, fue en 1972 donde el club no pudo evitar la pérdida de la categoría, pero tardó solamente un año en volver a primera, porque en 1973 conducido por la dupla técnica integrada por López y Cavallero, EL TALADRO vuelve a la categoría más importante del Fútbol Argentino.
Por ese entonces el equipo que contaba entre sus jugadores a Ricardo La Volpe, Silvio Sotelo, Eduardo Pipastrelli y Juan Alberto Taverna se consagró campeón de "Primera B" (Segunda División) en 1973.
Pero el tema no es contar la campaña del Taladro, si no recordar a alguien con unos cuantos años mas que yo al cual consideraba un amigo.
Fernando Porco se llamaba, y era un Italiano que allá por los 70 tenia unos 40 Años, el cual según contaba había estado trabajando durante muchos años en Venezuela de Barman en distintos hoteles de categoría. 
Era un tipo refinado que le gustaba la buena pilcha y vivir bien, se había casado de grande con una chica también Italiana que se llama Antonieta, unos 15 años menor que el.
Vivían en la otra cuadra de mi casa, Arenales entre Alberti y Pintos donde tenían un autoservicio muy moderno para esos años. 
El negocio era muy bonito y tanto el cómo la señora era gente muy cordial, lo cual contribuía a que la clientela concurriera gustosamente a comprar. 
En la parte de Fiambrería trabaja Antonieta y un muchacho que no recuerdo el nombre, que era cartero y vivía en unos departamentos al lado del supermercado.
Fernando siempre de corbata y en la caja, era una especialista en relaciones públicas, en poco tiempo desde que abrió le sacó mas de la mitad de los clientes, que tenia un almacén histórico del barrio que era el de Susy.
Mis amigos y yo que eramos adolescentes, al poco tiempo lo adoptamos como amigo y comenzó a ir a la cancha con nosotros, transformándose en poco tiempo en fanático del Taladro.
Él era localista, no concurría a los partidos de visitante como nosotros, pero en Peña y Arenales siempre estaba presente. 
El Domingo que jugaba Banfield se empilchaba de primera, no parecía que el tipo iba a la cancha, con camisa blanca, corbata verde y saco sport, era su indumentaria para los Domingos donde se disponía a vivir la fiesta del fútbol.
Íbamos todos la tribuna con la hinchada y gritaba como un loco, recuerdo que fumaba Viceroy que en aquel entonces era un cigarrillo importado que no sé de dónde sacaba.
Pelaba el paquete y convidaba a todos los que tenia cerca aunque se quedara sin un solo pucho, era supergeneroso en todos sus actos.
Un Domingo como tantos, no recuerdo bien con quien había jugado Banfield, vinimos de la cancha y ni bien llego a su casa se descompuso y falleció, dijeron los médicos que tuvo un infarto fulminante. 
Realmente no lo podíamos creer, pero fue así que perdimos un amigo de primera y un hincha fanático del Taladro.
EL TANO SERA SIEMPRE UN RECUERDO PERMANENETE.