En los años 70 estaban muy de moda los bailes que llamábamos asaltos, que se organizaban en la casa de alguno que tenía lugar y espacio.
Los chicos por lo general llevábamos las bebidas y las chicas se ocupaban la comida.
Cuando lo organizábamos en casa, laburábamos toda la tarde con mis amigos para que el lugar fuera cómodo y agradable.
La decoración por lo general consistía en colgar algunas guirnaldas y luces con lamparitas de colores.
El winco en su lugar al cual le conectábamos un par de parlantes grandes que tenía y los discos de vinilo que íbamos a escuchar, los limpiábamos para que sonaran mejor.
El patio de casa era ideal porque era enorme, tenía unos 30M2, cubierto en verano por un enorme y tupido parral rodeado de plantas con flores.
En invierno la cosa se ponía dura, porque no eran como los de ahora, viste que siempre dicen, INVIERNOS ERAN LOS DE ANTES.
Para que la cosa fuera más o menos soportable cerrábamos con lonas y plásticos, y cuando el baile comenzaba se acaba el frío.
Cuando se ponía frio–frio y se tornaba insoportable, terminábamos en mi habitación que era bastante grande.
Charlábamos, tomábamos algo y nos reírnos de cualquier pavada.
Recuerdo siempre que, organizamos uno en casa, un verano que fue un éxito total, éramos como cuarenta.
RECUERDOS INBORRABLES.
Cuando lo organizábamos en casa, laburábamos toda la tarde con mis amigos para que el lugar fuera cómodo y agradable.
La decoración por lo general consistía en colgar algunas guirnaldas y luces con lamparitas de colores.
El winco en su lugar al cual le conectábamos un par de parlantes grandes que tenía y los discos de vinilo que íbamos a escuchar, los limpiábamos para que sonaran mejor.
El patio de casa era ideal porque era enorme, tenía unos 30M2, cubierto en verano por un enorme y tupido parral rodeado de plantas con flores.
En invierno la cosa se ponía dura, porque no eran como los de ahora, viste que siempre dicen, INVIERNOS ERAN LOS DE ANTES.
Para que la cosa fuera más o menos soportable cerrábamos con lonas y plásticos, y cuando el baile comenzaba se acaba el frío.
Cuando se ponía frio–frio y se tornaba insoportable, terminábamos en mi habitación que era bastante grande.
Charlábamos, tomábamos algo y nos reírnos de cualquier pavada.
Recuerdo siempre que, organizamos uno en casa, un verano que fue un éxito total, éramos como cuarenta.
RECUERDOS INBORRABLES.