Cada vez
que paso por esta esquina recuerdo siempre la Bicicletería del Jorobado, lugar
donde si tenías una bici, en algún
momento tenías que visitar.
Estaba en
lo que era en esa época, década del 60 y 70, una vieja esquina en Viamonte y
Melo y no hace falta que te explique mucho, porque le decíamos la bicicletería del jorobado.
No recuerdo
ya ni el nombre ni el apellido de él, pero sí que había venido de Italia en los
años cincuenta, según contaba.
El
jorobado era un ser bajito como de un metro sesenta, muy perverso que siempre
estaba de mal humor, y su aspecto impresionaba con la enorme joroba que tenía
sobre el lado derecho de su espalda.
El tipo siempre
buscaba la forma de empomarte, cuando llevabas la bici a arreglar o comprabas algún
accesorio.
Era la
biciletería más cara que había en 10 cuadras a la redonda, comparando con
CONEJERO que estaba en Chacabuco y Viamonte, o la de LUISITO que estaba en
Arenales y Lamadrid.
Anexo a
la bicicletería, sobre la calle Viamonte, estaba el Kiosco de la esposa que era Doña Julia.
Hasta el día de hoy me pregunto, que hacía con el jorobado, porque pese a que era una
mujer grande era muy bonita, y era todo lo opuesto a su marido.
La tana
nada que ver con el esposo, era una persona amable, que naturalmente hacia su negocio,
pero jamás iba a cobrarte de más o embocarte con algo.
La recuerdo siempre atendiendo el kiosco y tejiendo en una maquina Knittax puloveres que le encargaban los clientes.
Seguramente
volveré a pasar por el lugar y recordare las veces que siendo chico llevaba la bicicleta
a arreglar.