Hablar de duelos parecería
remontarnos a tiempos muy lejanos.
Cuando éntres de lleno en el
post, te vas a dar cuenta que no lo es y que tiene que ver con la época, a que
refiere en general este espacio.
Pero para ir entrando en tema, recordemos que, estos
combates o justas gozaron de gran fama y
práctica desde el siglo XV hasta el siglo XX en las sociedades occidentales.
A grandes rasgos, se trataba de combates entre caballeros, que iban
acompañados por sus padrinos.
Estos duelos se ubicaban en una época en la que por
encima de cualquier bien material, el honor y la honra de una familia era lo más importante.
Aunque la muerte llegara con
dicho duelo, el ofendido elegía entre una muerte digna o el escarnio público,
quedándose evidentemente con la primera.
Estos duelos se realizaban al
principio con espadas de duelo europeas, no obstante a partir del siglo XVIII,
se comenzaron a usar las pistolas.
Se fabricaban cajas, muy finas,
con dos pistolas de duelo exactamente iguales.
Estas cajas eran llevadas por
los nobles ricos en sus viajes, por si era necesario usarlas.
El hombre ofendido debía
reaccionar con un gesto característico que iniciara el duelo, un gesto ofensivo
que la otra persona no podría pasar por alto.
Se solía pegar en la cara del
ofensor con un guante, o se tiraba el mismo al suelo, delante de sus pies.
Esto ya era una señal
inequívoca de que el duelo era lanzado.
La figura del padrino era
realmente importante.
El mismo tenía una serie de
responsabilidades, siendo escogidos en calidad de testigo de fé.
Tenían por tanto que verificar
las armas y las reglas.
Además, si su representado
moría, debía encargarse de su cuerpo.
El duelo podía ser de varias
clases.
Tenemos por ejemplo el duelo “a la primera sangre” en el cual
todo finalizaba cuando alguna de las dos partes resultaba herida, aunque no
fuera de muerte.
En el duelo “severamente herido”, se esperaba
hasta que alguno de los dos fuera herido de gravedad y por tanto, incapacitado
para seguir.
Por último, el duelo
“a muerte”, el ofendido consideraba que su honor no sería
restaurado si no era con una muerte.
Los duelos con pistola
comenzaban con ambos, ofendido y ofensor, de espaldas el uno al otro.
Comenzaban a andar un serie de
pasos establecidos y al finalizar dichos pasos, se daban la vuelta y
disparaban.
A partir de las últimas
décadas del siglo XX, los duelos comenzaron a considerarse ilegales.
En nuestro país, hubo lances que son conocidos y tienen su lado
pintoresco, pero también hubo algunos que terminaron del todo bien.
La famosa “Casa del Ángel” en
el barrio de Belgrano, era un sitio elegido por muchos.
En esta mansión del doctor
Carlos Delcasse, se dice que hubo más de trescientos duelos.
Son famosos los duelos que
protagonizara el Dr. Alfredo Palacios, que era un eximio esgrimista quien
se batió con Manuel Ugarte y Carlos Silveyra.
El partido socialista no
permitía a sus afiliados esas costumbres burguesas, por lo que primero se lo
apercibe, luego se lo sanciona y finalmente se lo expulsa, debiendo renunciar a su banca de diputado.
Otro muy recordado fue entre
Hipólito Yrigoyen y Lisandro de la Torre.
Este último, quien pertenecía
al radicalismo acusa a Yrigoyen de excesivo personalismo y querer
apoderarse del partido a toda costa, por lo que renuncia enviando una
carta inflamada de severas críticas.
Yrigoyen no lo toma muy en
serio, pero Marcelo T. de Alvear le insiste que la carta era ofensiva y que se
debían pedir reparaciones en el campo del honor.
Lisandro de la Torre practicaba esgrima, mientras que su adversario
jamás lo había hecho, pero era físicamente más fuerte y de brazos más largos, el
lance solo duró cuarenta segundos, ya que Yrigoyen con fuerza de vasco
empedernido y sin estilo, comienza a repartir mandobles como si fuera un
molino y le da un sablazo en una de las mejillas,
En la década del 60 aunque te
parezca mentira, se produjo el último duelo en nuestro país y la cosa fue más o
menos así.
El día había amanecido
nublado, la cita era a las 6.00 de la mañana del domingo 3 de noviembre de
1968.
Los duelistas llegaron a la quinta de Monte Chingolo, sobre la
calle Caaguazú, con sus padrinos, para protagonizar el duelo.
Llego también al lugar un Valiant
negro, con Escipión Ferretto, instructor de esgrima del Colegio Militar.
Traía los sables que se
usarían en el combate, siendo además el
juez del lance.
Los duelistas eran el almirante Ignacio Benigno Varela y el abogado, político, legislador, y periodista Yolivan Biglieri.
Los duelistas eran el almirante Ignacio Benigno Varela y el abogado, político, legislador, y periodista Yolivan Biglieri.
¿Qué había pasado entre ellos
para llegar a tal extremo?
Algo más de dos años antes,
una Junta Revolucionaria integrada por Varela, el general Pascual Pistarini y
el brigadier Arnaldo Alvarez derrocó al presidente constitucional Arturo Illia.
Días después asumiría el
general Juan Carlos Onganía.
Biglieri, que dirigía un
diario en Lanús llamado Autonomía,
trató a Varela de traidor pues había declarado su lealtad a Illia poco antes de
derrocarlo.
Ofendido por sus dichos, Varela consideró que la única manera de lavar su honor era enfrentarse a Biglieri y éste aceptó.
Ofendido por sus dichos, Varela consideró que la única manera de lavar su honor era enfrentarse a Biglieri y éste aceptó.
El ofendido es el que tiene
derecho a elegir las armas, según el Código de Honor, que aceptado por los
duelistas, pero siendo uno de ellos un civil, es éste el que tiene el
privilegio de elegir las armas.
Pero el periodista cedió este
derecho porque quería designar el lugar
del combate.
El arma elegida fue el sable
de esgrima con empuñadura, con filo en la hoja y sin punta.
A las 6.10 había luz
suficiente, así que el juez señaló a Varela y Biglieri que el duelo no sería
"a primera sangre" sino hasta que las heridas recibidas impidieran
continuar a uno o a los dos.
Entregó los sables y les
ordenó quedarse con los torsos desnudos.
Se harían dos minutos de
combate por tres de descanso. A las 6.12 el juez dio la clásica orden de
inicio.
Con los padrinos e invitados
había unas 20 personas mirando, más los periodistas escondidos en la quinta.
En el primer ataque, Biglieri le hizo un corte en la oreja derecha a Varela y en otra carga, lo cortó en el brazo derecho, pero Varela alcanzó al periodista en la mano. En el segundo asalto el almirante hirió a su rival en un pómulo, mostrándose los dos cansados.
En el primer ataque, Biglieri le hizo un corte en la oreja derecha a Varela y en otra carga, lo cortó en el brazo derecho, pero Varela alcanzó al periodista en la mano. En el segundo asalto el almirante hirió a su rival en un pómulo, mostrándose los dos cansados.
Hubo otro corte que recibió
Biglieri en el torso, pero el marino se llevó una herida en el costado.
Al reanudarse el combate, Biglieri lastimó en el pecho y hasta hizo caer el arma de la mano de Varela.
Al reanudarse el combate, Biglieri lastimó en el pecho y hasta hizo caer el arma de la mano de Varela.
Los dos fueron revisados por
los médicos, decidiendo que ya no podían seguir.
El duelo duró 20 minutos y no hubo reconciliación.
A pesar de que los contendientes
habían pactado mantener en secreto el lugar del desafío, igual trascendió.
Basta decir que el combate se
debió suspender unos minutos para desalojar
a los periodistas, que había escondidos dentro de la quinta.
Un juez de La Plata pidió a la Policía que hiciera las averiguaciones. ¿Por qué? Porque el duelo es un delito, pero no se llegó a nada y nadie fue sancionado.
Un juez de La Plata pidió a la Policía que hiciera las averiguaciones. ¿Por qué? Porque el duelo es un delito, pero no se llegó a nada y nadie fue sancionado.