Cuando era adolescente, por lo general con mis amigos, los fines de semana la pasábamos en Lomas o en Banfield.
Recuerdo que, rara vez nos acercábamos a Adrogué porque siempre decíamos que había mucha chetada.
También nos gustaba ir al centro donde había otras diversiones y otro movimiento.
También nos gustaba ir al centro donde había otras diversiones y otro movimiento.
Los años 70 fueron de esplendor con los cines de la calle Lavalle, donde una vez por mes con los pibes íbamos a ver alguna película.
Recuerdo todavía cuando fuimos a ver, "FIEBRE DE UN SÁBADO POR LA NOCHE" porque éramos fanáticos de la música de los Bee Gees.
En esa época los cines eran un despelote porque se mezclaban, los que entraban con los que salían de la función, más la gente que pasaba por la calle.
Había varios horarios, aunque nosotros siempre concurríamos a la trasnoche que comenzaba a la 1.00 AM, porque antes dábamos una vuelta e íbamos a cenar.
Recuerdo también que cuando pasabas por REAGARDS había modelos desfilando mostrando la amplia variedad de camisas que vendían.
Cuando pasabas por los teatros de la calle Corrientes te encontrabas con Olmedo y Porcel en las marquesinas acompañados por diosas como Moria o la Lechuguita, verdaderas diosas argentinas.
En la esquina de 9 de Julio y Corrientes en esos años estaba la galería del "Trust Joyero Relojero"
A la hora de cenar la elección siempre se centraba en "LAS CUARTETAS" para degustar una de las mejores pizzas de Buenos Aires o "EL PALACIO DE LA PAPA FRITA" donde te servían unas milanesas gigantes con fritas o puré.
Luego de la cena rajábamos rápido para sacar las entradas y hacer la cola para entrar al cine.
A la salida y ya de madruga tomábamos un café en "El Reloj" en la esquina de Esmeralda y Lavalle donde dejábamos los últimos pesos en lo que consumíamos.
Algún Sábado y con algo mas de plata hacíamos una visita al Barrio de la Boca a comer en alguna cantina, nuestra preferida era Spadavechia.
Luego de comer a lo loco nos hacíamos una corridita hasta el Rosedal de Palermo, donde veías pasar las chicas con las clásicas minifaldas de la época y el pelo super lacio de haberse hecho la toca.
La idea era tratar de enganchar algo para seguir dando vueltas sanamente por la noche.
Muchas veces había éxito y otras no, pero formaba parte de la diversión en esos años que parecen tan lejanos.
"Te acordas hermano que tiempos aquellos"
Recuerdo todavía cuando fuimos a ver, "FIEBRE DE UN SÁBADO POR LA NOCHE" porque éramos fanáticos de la música de los Bee Gees.
En esa época los cines eran un despelote porque se mezclaban, los que entraban con los que salían de la función, más la gente que pasaba por la calle.
Había varios horarios, aunque nosotros siempre concurríamos a la trasnoche que comenzaba a la 1.00 AM, porque antes dábamos una vuelta e íbamos a cenar.
Recuerdo también que cuando pasabas por REAGARDS había modelos desfilando mostrando la amplia variedad de camisas que vendían.
Cuando pasabas por los teatros de la calle Corrientes te encontrabas con Olmedo y Porcel en las marquesinas acompañados por diosas como Moria o la Lechuguita, verdaderas diosas argentinas.
En la esquina de 9 de Julio y Corrientes en esos años estaba la galería del "Trust Joyero Relojero"
A la hora de cenar la elección siempre se centraba en "LAS CUARTETAS" para degustar una de las mejores pizzas de Buenos Aires o "EL PALACIO DE LA PAPA FRITA" donde te servían unas milanesas gigantes con fritas o puré.
Luego de la cena rajábamos rápido para sacar las entradas y hacer la cola para entrar al cine.
A la salida y ya de madruga tomábamos un café en "El Reloj" en la esquina de Esmeralda y Lavalle donde dejábamos los últimos pesos en lo que consumíamos.
Algún Sábado y con algo mas de plata hacíamos una visita al Barrio de la Boca a comer en alguna cantina, nuestra preferida era Spadavechia.
Luego de comer a lo loco nos hacíamos una corridita hasta el Rosedal de Palermo, donde veías pasar las chicas con las clásicas minifaldas de la época y el pelo super lacio de haberse hecho la toca.
La idea era tratar de enganchar algo para seguir dando vueltas sanamente por la noche.
Muchas veces había éxito y otras no, pero formaba parte de la diversión en esos años que parecen tan lejanos.
"Te acordas hermano que tiempos aquellos"