22 de noviembre de 2018

UN VERDADERO CLASICO QUE CIRCULO POR LAS CALLES Y RUTAS DE NUESTRO PAIS, EL CUAL IKA-RENAULT COMENZO A FABRICAR EN 1971.


Este modelo era básicamente similar al TL original fabricado en Europa, pero se diferenciaba por traer defensas en los paragolpes y unos prácticos derivabrisas en las puertas delanteras.
La primera serie estaba dotada de un motor de 1300 cc que desarrollaba una potencia ligeramente mayor respecto a los modelos europeos, concretamente 82 CV (SAE).
En 1973 aparece la versión familiar y en 1974 se le hace una pequeña restilización, que incluye nuevas llantas y modificación del vierteaguas del techo como en el modelo europeo contemporáneo.
En 1976 aparece la modificación más importante, donde surgen por primera vez en la Argentina las denominaciones TL y TS, que traen una nueva restilización, en la que desaparecen los derivabrisas, se adoptan unos nuevos pilotos traseros, paragolpes más gruesos y unas nuevas rejillas traseras para la aireación del habitáculo, asemejándolo al modelo europeo. Y al igual que ocurriera con la primera versión, estos dos modelos rendían una potencia máxima ligeramente más elevada que la de sus primos europeos. Dotados con el nuevo motor de 1400 cc, el TS alcanzaba los 90HP (SAE) que contaba con un carburador Solex 34-34 EIES y el TL los 80 HP (SAE) y fue la primera vez en la historia, que un Renault 12 incorporó aire acondicionado, disponible como opción en la variante TS.
En 1978 nace el modelo más deportivo y exclusivo de la versión argentina, el Renault 12 Alpine, del que se fabricaron unas 493 unidades.
Era fácilmente reconocible por un notorio abultamiento sobre el capot, las franjas laterales con la leyenda Alpine y detalles deportivos en el interior.
El motor equipado con tapa Alpine de cámaras hemisféricas importada de Francia, llegaba hasta los 110 HP (SAE).
Las primeras unidades salían de la cadena de montaje pintadas de color negro con franjas doradas o grises, o azul con franjas grises.
La última versión fue roja con dos líneas laterales blancas.
En 1983 mientras Francia dejaba definitivamente de producirlo, en Argentina se volvía a realizar una restilización, adquiriendo a partir de entonces un aspecto que se caracterizaba principalmente por unos nuevos paragolpes con punteras de caucho.
En 1984 aparece la serie más lujosa, bajo el apelativo GTS, con 77 CV (DIN) de potencia máxima, faros dobles circulares, llantas especiales y aire acondicionado. En 1986 sale a la venta una versión económica y extremadamente simple, la L y hacia 1990 se vuelve a actualizar la gama, con el nacimiento del GTL, que equipaba paragolpes envolventes elaborados en materia plástica, aire acondicionado opcional, faros dobles circulares y caja de 5 velocidades sincronizadas más marcha atrás.
En 1991 se deja de lado el GTL y se unifica la línea en dos modelos: el TL y el L.
Un poco más adelante sale a la venta la última versión antes del fin de la producción, el TL de 1600 cc con un rendimiento de 63 CV (DIN) y otra con aire acondicionado, con 77 CV (DIN).
n 1994 salió de fábrica el último Renault 12 producido en la Argentina.

LASSIE.

Como no recordar a Lassie, sin duda alguna la perra más famosa del cine y la televisión, personaje creado por el autor Británico Eric Knight en una historia corta conocida como LASSIE VUELVE A CASA, publicada como cuento en el periódico Saturday Evening Post en 1938 y que sería extendida completamente como una novela en 1940.Este libro fue adaptado al cine en 1943 con Roddy McDowall como estrella y con un talentoso perro Collie de nombre Pal que seria la primera Lassie.A partir de entonces se filmaron numerosas series de televisión donde el personaje ha sido desarrollado e interpretado por varios perros de la raza a través de los años. Pal caracterizó a Lassie durante otras seis producciones de la MGM hasta el año 1951.Rudd Weatherwax, el propietario y entrenador de Pal, adquirió los derechos del nombre y la marca registrada de Lassie, empezando a aparecer en rodeos, presentaciones y eventos similares en América a comienzos de los años 50.En 1954 se inició la galardonada serie de televisión LASSIE ganadora del premio Emmy y donde durante los siguientes 19 años, una sucesión de descendientes de Pal aparecerían encarnando a Lassie. Este personaje ha aparecido en libros, televisión, cine, historietas y series animadas, pero la serie que más éxito tuvo,  fue la que se veía en los años 1954-1974 con personajes como Jeff y Timmy que acompañaban a Lassie.

16 de noviembre de 2018

DIOSAS ARGENTINAS DE TODOS LOS TIEMPOS.


Tan vigente en el mundo del espectáculo, como cuando surgió allá por la década del setenta.
Moria Casán, vedette, actriz, presentadora de televisión, productora y empresaria Argentina, es sin duda alguna una de las mujeres más reconocidas del medio artístico.
Carmen Barbieri es otra diosa infartante surgida a principio de los años 70 y que sigue llenando teatros donde despliega todo su talento.

15 de noviembre de 2018

LA RATA.


Imposible creerte si me decís que en tu época de estudiante nunca te hiciste la rata.
Cuantas veces encaraste desde tu casa al colegio y a mitad de camino te desviaste y no concurriste a clases.
Mil excusas aparecían para hacerlo, no estudiaste y había un examen, había dos horas de historia y el profesor era un plomo, o simplemente amaneció un día espectacular que te invitaba a estar en cualquier lugar menos en el colegio.
Muchas veces la rateada se armaba el día anterior en la escuela y otras tantas veces surgía de manera espontánea cuando caminábamos para ir a clases.
Pero la cosa es que, un día salíamos de nuestra casa pero no llegábamos al colegio y naturalmente nuestros viejos no sabían absolutamente nada.
Recuerdo siempre que teníamos varios destinos para pasar el día, los lagos de Palermo, el Parque Lezama o directamente encarar hacia el centro, la calle Florida y Lavalle tenían un atractivo especial.
Si bien había alternativas varias, teníamos  un lugar preferido y este era PARQUE LEZAMA.
Muy temprano tomábamos el tren en la estación de Lomas y bajábamos en Plaza Constitución.
Si había plata sacábamos boleto y esto evitaba esquivar al guarda del tren y los que estaban en los controles de la estación Constitución.
Para esto último, salíamos por el último andén que daba sobre la calle Hornos donde había un par de puertas que no tenían control.
Una vez afuera, íbamos caminando por la calle Brasil y rápidamente llegábamos a destino.
Recuerdo siempre que nos dirigíamos a la esquina de Defensa y Caseros donde todavía esta una bicicletita que en aquel tiempo, mediados de los setenta, entre otras cosas alquilaba bicicletas.
Luego de dar algunas vueltas, descansábamos un rato, fumábamos algún pucho y buscábamos algún lugar donde tomar y comer algo rápido.
La música siempre nos acompañaba, era algo infaltable, la pequeña radio a pilas era una fiel compañera que se sumaba al grupo.  
Cerca del mediodía pegábamos la vuelta y rumbeábamos nuevamente para Plaza Constitución a tomar el tren que nos llevaría a Lomas de Zamora.
El hacerse la rata naturalmente no es un invento Argentino, ocurre en otras partes del mundo, pero en nuestro país dicen que tiene su origen cuando a comienzos del Siglo XX, los alumnos del Colegio Nacional Buenos Aires que eran pupilos y sometidos a una estricta disciplina, se escapaban a la calle por algunos túneles bajo tierra, mezclándose con las ratas que  infestaban esos oscuros pasadizos.
Y de ahí parecería que nació el término “RATEARSE ” o “HACERSE LA RATA”, refiriéndose a esos días en que no tenéis ninguna gana de ir al colegio.
Puede que así sea o no, pero la única realidad es que donde hay una escuela, siempre habrá alguien que quiera ratearse.

Los Hippies.


Para la gente muy joven hablar de Hippies es algo poco presente, pero para los que tenemos unos cuantos años, siempre recordaremos a este movimiento que tuvo su auge en la década del 60 y 70 que apoyaba la filosofía de la paz, el amor, la comunidad, rechazando aquellos valores de la clase media y las enseñanzas de las  generaciones anteriores a ellos.
El movimiento Hippie creo su propia cultura, la cual promovía  el amor gratuito que consideró piedra fundacional de la revolución sexual.
Pero como todo cambio basado en extremismos tuvo su lado oscuro, apoyando el abuso de las drogas y el uso de sustancias que iban desde la marihuana hasta el LSD.
El movimiento Hippie comenzó en California, y luego se esparció por los Estados unidos, Canadá y otras partes del mundo.
La mayoría de sus integrantes eran jóvenes, entre las edades de 15 y 25, y un dicho entre el movimiento era que nadie mayor a 30 años era una persona de confianza.
Mientras se movían hacia California desde familias de clase media, su música, moda y artes comenzaron a influenciar las tendencias del resto del país y en muy poco tiempo del mundo.
Los integrantes de este movimiento, usaban las artes en todas sus formas de expresión  para comunicar su protesta por el status quo y "lo establecido", y en particular la música era el medio que los Hippies elegían sobre otras formas.El movimiento ganó notoriedad en 1967 con un concierto en San Francisco iniciando el verano del amor.
 
Además de expresar sus ideas sobre sexualidad, drogas y autoridad, los Hippies usaban su música y otras formas artísticas para opinar sobre política y otros aspectos sociales.
Seguían una filosofía pacifista y buscaban protestar contra la guerra mediante demostraciones no violentas, incluyendo quemas de cartas, sentadas y todo tipo de protestas.
La cultura Hippie muchas veces fomentaba la salida de la sociedad convencional a la cual le atribuían todos los problemas sociales.
Para muchos este movimiento en muchos aspectos cambio al mundo, dado que su revolución cultural dejo entre otras cosas, la libertad sexual, el movimiento ambiental, la defensa de causas humanitarias, el movimiento de comida natural y una mayor aceptación de la diversidad religiosa, cultura y étnica.  

DOS BUENAS SERIES DE TV. QUE SE VIERON DE MANERA SIMULTANEA EN LA TELEVISION ARGENTINA.

KOJAK-
 
Emitida durante los años 1973 y 1978,  esta serie fue protagonizada por el recordado actor Telly Savalas quien interpretaba al teniente Teo Kojak, un policía de Nueva York en el distrito de Manhattan Sur.
La trama giraba  alrededor de los esfuerzos del incorruptible teniente kojak, un policía calvo, cínico y agudo, con tendencia a forzar las reglas para llevar a un criminal a la cárcel.
 
LAS CALLES DE SAN FRANCISCO.
 
La serie se filmó entre los años 1972 y 1977 y narraba las aventuras de dos oficiales de policía destinados a resolver casos de homicidio recorriendo las calles de la Ciudad de San Francisco.
Esta pareja de policias estaba formada por el veterano teniente Mike Stone (Karl Malden) con más de 20 años de servicio y el joven oficial Steve Keller (Michel Douglas) de 28 años recientemente graduado.

13 de noviembre de 2018

Dos tipos Audaces.


Era una de mis serie favoritas, fundamentalmente por los actores que protagonizaron la misma.
Serie de origen Britanica, creada por Robert Baker se emitió durante dos temporadas en los años 1971 y 1972 por la cadena ITV de Inglaterra y por la ABC Network, en Estados Unidos.
La serie la protagonizaban Roger Moore, sobradamente conocido por el público en aquellos momentos por su papel de "El Santo, cómo Lord Brett Sinclair y una figura como Tony Curtis, en el papel de Danny Wilde.  
Eran una pareja de play-boys millonarios pero con muy distintos orígenes. Sinclair venía de una familia noble y de exquisitos modales y prototipo de la elegancia inglesa, que se ve forzado a formar tándem con Wilde, nacido en el marginal Bronx neoyorkino, ascendido desde los bajos fondos hasta convertirse en un magnate petrolero.
Ambos son rescatados de la cárcel por el juez Fulton protagonizado por Lawrence Naismith, con la intención de utilizarlos para resolver casos criminales complicados.
Dos tipos audaces fué en aquel momento, la serie con mayor costo de producción, (100.000 libras por episodio) y se desarrollaba en diferentes puntos de Europa como Suiza, Francia, España e Italia.

12 de noviembre de 2018

EL VIEJO PUENTE.

El viejo puente de la estación de Banfield que está en la plaza en Vergara y Talcahuano, en los años 60 y 70 fue testigo de infinidad de historias de amor de chicos y chicas, que se encontraban ahí para vivir un momento de intimidad por la noches.
Hace tiempo recibí un correo electrónico de un lector que sigue el Blog.
En él me cuenta una historia que lo tuvo como protagonista a un primo hermano.
El escenario fue el viejo puente metálico que cruzaba la estación de Banfield de este a oeste.
Como te conté el viejo puente hoy clausurado, guarda mil historias de amor de montones de chicos y chicas que lo visitaban por las noches.
Claro!!! Como dije, eran otros tiempos.
Pero vamos a la historia en sí.
Una noche de verano allá por 1977, MARIO con su novia SILVIA andaban dando vueltas por la calle Maipú y decidieron ir un rato al viejo puente, como se dice ahora a apretar un poco.
Subieron la escalera por la Plaza en la esquina de Talcahuano y Vergara y se sentaron en los escalones más o menos por la mitad de la misma.
Allí estuvieron un buen rato, besito va,  besito viene, alguna mano inquieta que llegaba a destino, fumaron también un par de cigarrillos hasta que como la hora iba corriendo, los chicos decidieron ir cada uno a su casa.
MARIO acompañaría a SILVIA hasta su casa como lo hacia todos los días, ella vivía en aquellos años en Larroque entre Azara y Manuel Castro.
Así fue como lo chicos se levantaron y comenzaron a transitar el puente para salir a Rodríguez Pena, donde  desembocaba la otra escalera.
Cuando comienzan a bajar la misma advierten en la oscuridad del puente  la presencia de otra parejita como ellos, que también estaban sentados a media escalera apretando desmesuradamente.
Todo bien hasta ahí !!! HASTA QUE, cuando pasaron por al lado de ellos MARIO advirtió que ese muchacho no era un muchacho cualquiera, ni tampoco un  muchacho, era un hombre y no tampoco cualquier hombre, era JUAN su papá que estaba manteniendo un dulce encuentro con una vecina mucho más joven que él.
MARIO se quedó petrificado y SILVIA no sabia donde meterse, pero nadie dijo una sola palabra y todos continuaron con lo que venían haciendo.
Gente de códigos!!!!!
El gran despelote según cuenta el amigo que mandó esta historia, se armó cuando MARIO llega a su casa y se encontró con su papà, pero fue un gran despelote entre hombres, que quedó ahí.
Solamente MARIO se lo contó a su primo quien es su amigo y después de 35 años esta historia se escapó de los recuerdos de nuestro lector. 
Cosas que pasan, historias de nuestra querida ciudad de Banfield.
 

Te acordas de esta serie de televisión que se llamaba TIERRA DE GIGANTES?

Esta serie televisiva Estadounidense fue transmitida durante la década del 70 en la Argentina.
Narraba las aventuras de la tripulación de una nave espacial, que accidentalmente es transportada hacia un mundo en el cual toda forma de vida tiene enormes proporciones en comparación de los personajes principales.
El aspecto de estos gigantes es humano pero su sociedad es completamente distinta a la terrícola.
La serie entró al aire en los Estados Unidos el 22 de Setiembre de 1968 y concluyó el 22 de Marzo de 1970, siendo sus episodios retransmitidos en muchos países hasta mediados de los 80.
Los protagonistas eran, Gary Conway (Capitán Steve Burton), Don Marshall (Copiloto Dan Ericksson, Don Matheson (Ingeniero Mark Wilson), Kurt Kasznar (Comandante Alexander Fitzhugh), Stefan Arngrim (Barry Lockridge), Deanna Lund (Valerie Ames Scott), Heather Young (Betty Hamilton), Kevin Hagen (Inspector Kobick).

BARES, BOLICHES Y CAFECITOS DE LOS AÑOS 60 Y 70.

FUERON SIMBOLOS EN LA CIUDAD DE BANFIELD.
Algunos de los bares símbolos de la Ciudad de Banfield desaparecieron, el paso del tiempo y el progreso fueron implacables con ellos.
Uno fue el bar "El Sol" que se encontraba en la esquina de Vergara y Maipú el cual permaneció abierto hasta el 2008, cuando se transformó en una serie de locales que albergan a distintos comercios. 
Otro de ellos fue "La Guillermina" que funcionaba en la esquina de Darragueira y Alem, el cual durante más de tres décadas, era lugar de encuentro para tomar una cerveza en su amplio jardín en un ambiente familiar.
En su interior funcionaban las mesas para jugar al billar, que con el tiempo pasó a ser su actividad principal, pero el edificio fue demolido a finales de la década del 90.
Un lugar que era todo lo opuesto a este último que te nombré, fue el Bar "España" que atendía en French y Leandro N. Alem.
Conocido popularmente durante toda su existencia como el vómito, era un oscuro bar de billares de aspecto sucio y abandonado que fue demolido a principio de los años ochenta. 
EL ALMACEN Y BOLICHE DE ERMO. 
Recuerdo siempre que en mi barrio, en los años 60 existían un montón de almacenes que como principal característica, era que contaban con el clásico bar y reservado para jugar a las cartas y en algunos de ellos había un billar o billar-gol.
Uno de estos lugares era el almacén de Ermo que estaba en la esquina de Perdernera y Arenales.
La esposa de Ermo atendía el almacén que tenía su entrada principal en la esquina, en el encontrabas todos los productos de almacén, artículos de kiosco y además vendía pan, aunque cosas sueltas no era para nada recomendable comprar porque la limpieza no era lo más sobresaliente en el negocio.
A la vuelta tenía otra entrada donde funcionaba el boliche, donde los viejos de barrio se tomaban alguna copita de parado en la barra o en algunas de las tres o cuatro meses que había.
En este espacio que era bastante amplio, Ermo tenía la máquina de soda donde envasada sus propios sifones con cabeza de plomo ya viejos para los años 70, los cuales cargaba en la vieja camioneta que tenia y hacia el reparto por el barrio.
El boliche tenía un metegol y un billar gol, teniéndonos como clientes a mi y a mis amigos, en el cual nos pasábamos horas y horas intentando mejorar la técnica en la mesa de billar.
Cuando Ermo andaba de buen humor, cosa que no era muy frecuente se sumaba y jugaba algún partidito con nosotros y además nos regalaba algunas fichas.
Este comercio de techos altos, clásica edificación de los 40 estaba bastante poco cuidado y lleno de humedad, falto de pintura y de aseo, razón por la cual la clientela era bastante reducida en el almacén, pero el fuerte de Ermo era el bar y el reparto de soda. 
Mi mamá me contaba que mi abuelo José todas las tardecitas se juntaba con otros Italianos como el, a jugar al Tute Cabrero y a la Escoba de 15 mientras se tomaban unas copitas de ginebra  o algún vasito de vino  de damajuana.
EL BAR DE ARCA.
Recuerdo el que estaba en la esquina de Matheu y Viamonte a una cuadra de donde funcionaba el frigorífico Asurmendi.
Una edificación típica como el bar de Ermo, con dos entradas, una por la esquina donde estaba el almacén y sobre Viamonte la entrada al boliche.
Cuando por las mañanas hacía  el camino a la escuela 20, ya se estaba abierto y en su interior se encontraban algunos parroquianos  tomando algunos traguitos.
Ya sobre el medio día cuando salíamos del colegio veíamos también gente almorzando sentados en las pocas mesas que tenía el lugar.
En la esquina se situaba el buzón donde los chicos dejaban las cartas para pedir juguetes a los reyes magos.
No recuerdo bien hasta que año funciono, porque con el correr de los años el bar se transformó en un almacén que se llamaba La Finca, que en los noventa también cerró definitivamente.
El viejo bar fue otro comercio,  que el paso del tiempo y el cambio de costumbres hizo desaparecer.
EL BAR MATURI.
Hace unos días pasé con el auto por la calle Cerrito y Amero  y recordé que a mitad de cuadra sobre Cerrito, durante muchísimos años estuvo el Bar de Maturi.
A este lugar concurría con mis compañeros cuando iba a la secundaria, a jugar unos partidos al metegol que en aquella época estaba en el Bar.
El Boliche era como otros tantos que había en la zona, refugio de muchos que concurrían a jugar a las cartas y a los dados, mientras se tomaban unas copitas de licor o algunos vasitos de vino.
El Bar con el tiempo cerró si no me falla la memoria en la década del 90. 
EL BAR Y RESTAURANT DE HARRY.
Como lo dije tantas veces, cuando uno va cargando años sobre su espalda cualquier cosita le trae a la mente un montón de recuerdos.
Días pasados estaba viendo una película por cable y en un pasaje de ella, dos personas entablaban una conversación mientras jugaban una partida de Pool en un bar.
Inmediatamente me vino a la mente el Bar y Restaurant de Harry que en los años 80 conocí en Llavallol.
Estaba ubicado sobre la Av. Antártica Argentina a una cuadra de Colegio Euskal-Echea y a pocas cuadras de grandes fábricas como Bieckert, Palmolive y Firestone entre otras.
Durante muchísimos años y en su época de esplendor, su clientela era de esas fábricas, fundamentalmente personal jerárquico de las mismas.
Me contaba Rodolfo y Betty que era su esposa, que trabajaban sin parar y a full todo el día porque era impresionante la cantidad de personas que venían a almorzar.
Con el correr de los años y como pasa en nuestra querida Argentina, todo fue cambiando y poco a poco el Bar y  Restaurant fue decayendo y cada vez venia menos gente a comer.
De una estructura con empelados paso vertiginosamente a ser atendido únicamente por sus dueños.
Esto entre cosas tuvo su origen en que, esas grandes empresas fueron instalando en sus predios comedores con lugares especiales destinados al personal jerárquico.
Fue en esa instancia en que conocí el lugar y con el tiempo entable  una relación de amistad con sus dueños.
El Restaurant contaba con un salón muy grande, yo diría que tenía unos 80 metros cuadrados.
Este salón se dividía en un espacio principal y un reservado que tendría unos 15 mts cuadrados, y era ese lugar donde Rodolfo había colocado un Pool.
Luego del salón principal venia la amplia cocina y más atrás se encontraba la casa.
La edificación clásica de los años 40 cuarenta con puertas enormes con postigos, se mezclaba con las modificaciones y ampliaciones que se habían hecho en el lugar para que funcionara como Bar y Restaurant.
Una tarde estaba en la casa de mis suegros y con Toto teníamos que ir a comprar un repuesto para un Fiat 600 que tenía.
Fuimos entonces hasta Guillón donde había una casa de repuestos muy grande y cuando regresábamos por Antártica Argentina el gran transito que tenía la Avenida a las seis y media de la tarde en verano, nos detuvo justo frente al Restaurant de Rodolfo.
Desde afuera se veía unos muchachos que tomaban una cerveza mientras jugaban un partido de Pool.
Toto me dijo que nunca había visto el lugar y decidimos pegar la vuelta manzana y estacionar para conocerlo y jugar un partido, así fue que entramos y nos recibió amablemente Rodolfo.
Pedimos un par de gaseosas y nos dispusimos a esperar a que los muchachos dejaran libre la mesa.
No tardaron más de 15 minutos en terminar la partida y ahí no más agarramos la mesa.
Creo que jugamos tres o cuatro partido bajo la atenta mirada de Rodolfo que cada tanto me daba alguna instrucción.
Mi suegro era un maestro con el taco porque durante muchos años había jugado billar y para todos aquellos que practicaron esta disciplina el Pool era papita para el loro como se suele decir.
Yo era bastante bueno jugando pero se notaba mi falta de técnica y además  mi  ansiedad  muchas veces me llevaba a errar bolas claves y terminaba perdiendo el partido.
Con el correr del tiempo me di cuenta que, no era necesario garrotear y que debía evitar que la bola blanca fuera a cualquier parte porque eso terminaba perjudicándote.
Uno cuando entra una bola siempre tiene que pensar donde dejara la blanca para meter la siguiente y así sucesivamente hasta llegar a la ocho.
También en un patio interno que dada a uno de los baños que tenía el negocio había un Flipper que Rodolfo le ponía un taco en patas traseras para que jugaras un rato más.
Fueron pasando los días, las semanas y los meses y seguimos concurriendo al Restaurant a jugar al Pool, para ese entonces se sumo la que hoy es mi esposa.
Así de esa forma se fue forjando una  linda amistad y sin darnos cuentas habíamos dejado de ser clientes.
Rodolfo con el empuje que le había dado el Pool alquilado al negocio, compro uno propio.
Era mucho más grande que el que tenía y de una calidad poco común de ver en los boliches.
Recuerdo siempre que los medios días había clientes que se apuraban a comer para jugar unos cuantos partidos y luego continuar con la jornada laboral.
Con el correr del tiempo Harry como le decíamos, tuvo la idea de organizar campeonatos de Pool los viernes por la noche, donde nos juntábamos clientes y amigos hasta altas horas de la madrugada.
Todos sin excepción pagamos una inscripción que parte de ella era destinada a comprar los trofeos para el campeón y sub-campeón de la noche.
También Betty hacia sandiwchs y empanadas para vender y que lo  recaudado sirviera para salir adelante de la difícil situación en que se encontraba el negocio.
Eran unas noches bárbaras que compartías fundamentalmente con buena gente. 
Yo hacia pareja con un señor mayor que se llamaba Salvador que venía con la esposa.
Él era un viejo jugador de villar pero estaba grande y el pulso no le acompañaba, era más lo que pifiaba que lo que metía.
A Harry se hacía muy difícil ganarle un partido de  Pool, hasta a mi suegro le costaba darle batalla.
El tipo tenía una técnica depurada e insuperable por lo menos para todos aquellos que lo enfrentábamos.
Por ejemplo si con mi suegro Toto,  jugaban 10 partidos, Harry ganaba más de la mitad.
Si se enfrentaba conmigo, jugábamos 10 y me ganaba 8.
Con el correr del tiempo y de tanto jugar contra Rodolfo fui puliendo mi técnica, copiándolo en la medida de mis posibilidades,  y ahí le comencé a ganar.
Rodolfo desde todo punto de vista era y es seguramente un  tipo excepcional, detallista al máximo, súper prolijo y  no dejaba nada librado al azar.
Betty era y es seguramante una mujer súper laburadora que vivía para su esposo.
Cuando digo que Harry era super prolijo, recuerdo siempre que luego de una fuerte lluvia había entrado agua al negocio.
Rodolfo subió al techo y se encontró que estaba todo agujereado.
Como plata no había se las ingenio, para con plásticos y brea tapar todos los aguajeros.
Realmente era increíble verlo en pleno verano subido al techo con pantalón largo blanco, camisa de color claro  pasando la brea y no tener una sola mancha en las manos ni en la ropa.
Con sus cosas y pertenencias era muy cuidadoso, todo lo que tenía por más que fueran cosas viejas las tenia impecables.
Me contaba siempre historias de cuando era taxista primero con un Sian y luego con un Falcon que estaban impecables.
Pasaban los años y sus coches estaban como recién salidos de fábrica.
Me contaba que si amanecía lloviendo no salía a trabajar, solamente se levantaba y se corría hasta la cooperativa donde lo guardaba, para ver si la ventana que tenía al lado estaba cerrada.
Si lo agarraba la lluvia cuando estaba trabajando, dejaba al pasajero y llevaba a guardar el auto, lo secaba y a casa.
Recuerdo siempre su forma de manejar impecable, la suavidad en su manejo era algo difícil de imitar, ni hablar de agarrar un pozo.
Lamentablemente y pese a los esfuerzos que hacían para salir adelante con el negocio, el Restaurant no daba para más, entonces Rodolfo decidió dedicarse a la compraventa de autos usados.
Con lo que vendió las instalaciones de negocio más algunos ahorros que tenia, compro algunos autos y comenzó su nueva actividad.
Para ello,  medio que se asoció con un muchacho que se llamaba Gabriel que tenía la agencia casi pegada al Restaurant.
Esa sociedad no prosperó  en el tiempo por las grandes diferencias que ambos tenían, eran totalmente distintos en su forma de ser y de manejarse en la vida.
El correr del tiempo y las nuevas obligaciones que uno va adquiriendo, conspiró con la relación que teníamos y nos fuimos distanciando, pero siempre guardo entre mis recuerdos muchas de sus enseñanzas y su calidad de persona.
Tengo decenas de historias de Harry y podría escribir varias horas, pero prefiero retomarlas en otro momento.
EL BAR EL TALADRO Y EL BAR LA CANCHA.
Dos clásicos bares en la calle Arenales a la altura de la cancha de Banfield, eran El Taladro en la esquina de Arenales y Gallo que cerro allá por los 80.
El otro se llamaba La Cancha y se ubicaba en Arenales y Peña, dejando de abrir sus puertas hace unos quince años.
Café, tragos, alguna comida y el clásico billar era lo que ofrecían estos boliches de mi barrio.
Recuerdo siempre los día de partido, donde entraba y salía gente de manera permanente.
Década del 60 y 70 la jornada futbolera de los Domingos comenzaba cera de las doce del mediodía porque jugaba la tercera, la reserva y luego el esperado encuentro central de primera.
EL BAR CATAI. 
Como lo he dicho en reiteradas oportunidades, en los años 70 concurría a pileta que estaba en la sede del Club Banfield, y cuando salíamos los chicos y las chicas pasábamos por un barcito que se llamaba "CATAI" a tomar una TEEM con limón y hielo.
Este bar desaparecido hace muchos años, se encontraba del lado este de Banfield, a poquitos metros antes de ingresar a las escalera del paso bajo nivel peatonal que cruzaba la estación.
Un bar muy tradicional que en esos años albergaba a muchos estudiantes que nos hacíamos la rata y pasábamos parte de la mañana o la tarde en el lugar. 
ALGUNOS BOLICHES PARA PÁREJAS.
Estos boliches estaban acondicionados con muy buen gusto, con mesitas con suaves manteles y lámparas con luces muy tenues, muchos de ellos tenían una barra donde también podías consumir algo.
Fueron bastantes comunes en los años 60 y 70, donde sé escuchaba música melódica, pasando un rato agradable tomando algo con una linda chica.
Con el paso de los años, estos lugares fueron sufriendo algunas transformaciones, dejando de lado las mesas y sillas que fueron reemplazados por cómodos sillones puestos en fila india, con pequeñas mesitas a sus pies, asemejando a los asientos de un avión.
La iluminación era menos que tenue y en otros boliches más audaces para la época, te acompañaban al lugar a ocupar con una linterna, que también servía de guía al retirarte, repitiéndose esta situación cuando pedías algún trago o necesitabas algo.
Lugares con esta característica, eran "IL RAGNO" en Temperley, GISSELLE  y UN LUGAR en Lomas.
Con el correr de los años, cuando todo comenzó a ser más permitido, estos lugares dejaron de ser visitados por esos jóvenes y fueron desapareciendo uno a uno.
UN CAFÉ EN EL ALTILLO.
Era una cafetería que estaba en la Galería Meeks de Lomas de Zamora casi sobre la salida a la estación, funcionando durante los años 70 y 80.
Un lugar de reducidas dimensiones, muy tranquilo que atendía los pedidos de los locales que en esos años había en la galería y también, a la gente que pasaba por el lugar y decidía tomar un buen café en un ambiente muy tranquilo. 
Para acceder a el, subías por la angosta escalera caracol para sentarte en una mesa y disfrutar de un buen café a la turca mientras escuchabas buena música.