Otro de los recuerdos que en estos días daba vuelta en mi cabeza, se relaciona con las kermesses que se realizaban al aire libre con el fin de recaudar fondos para algunos de los clubes de barrio, las sociedades fomento o alguna escuela del vecindario.
Eran verdaderas fiestas familiares, donde se colocan distintos stands con juegos como por ejemplo, acertar argollas en los cuellos de las botellas, tirar con pelotas a voltear las torres de latas, tirar los dardos a los globos y reventarlos, tirar al blanco con rifles de aire comprimido, etc.
Estos juegos te dan la posibilidad si ganabas, de llevarte algunos muñecos de peluche, golosinas o cualquier otro premio que por lo general respondían a donaciones.
También encontrabas en el predio stands donde se ofrecían distintas cosas para comer ya sean saladas o dulces, siendo las empanadas y las tortas las vedettes del encuentro.
Demás está decirte que el puesto que vendía pochoclos y manzanitas era algo infaltable en este tipo de eventos, y ni que hablar las densas vendedoras de rifas que te perseguían por todos lados, pero siempre con el afán de recaudar lo más posible.
En alguna oportunidad y a costo $0 venia algún numero artístico que interrumpía la música que sonaba en el lugar, y por mas que no se trataba de grandes artistas, todos hacíamos silencio para escuchar y luego aplaudir. Estos eventos se estilaban mucho en los 60 y 70 y se transformaban como te decía, en verdaderas fiestas donde concurría toda la familia.
Otros tiempos muchos más tranquilos que los que nos tocan vivir !!!
Eran verdaderas fiestas familiares, donde se colocan distintos stands con juegos como por ejemplo, acertar argollas en los cuellos de las botellas, tirar con pelotas a voltear las torres de latas, tirar los dardos a los globos y reventarlos, tirar al blanco con rifles de aire comprimido, etc.
Estos juegos te dan la posibilidad si ganabas, de llevarte algunos muñecos de peluche, golosinas o cualquier otro premio que por lo general respondían a donaciones.
También encontrabas en el predio stands donde se ofrecían distintas cosas para comer ya sean saladas o dulces, siendo las empanadas y las tortas las vedettes del encuentro.
Demás está decirte que el puesto que vendía pochoclos y manzanitas era algo infaltable en este tipo de eventos, y ni que hablar las densas vendedoras de rifas que te perseguían por todos lados, pero siempre con el afán de recaudar lo más posible.
En alguna oportunidad y a costo $0 venia algún numero artístico que interrumpía la música que sonaba en el lugar, y por mas que no se trataba de grandes artistas, todos hacíamos silencio para escuchar y luego aplaudir. Estos eventos se estilaban mucho en los 60 y 70 y se transformaban como te decía, en verdaderas fiestas donde concurría toda la familia.
Otros tiempos muchos más tranquilos que los que nos tocan vivir !!!