Hace más de quince años había en el
barrio, a pocas cuadras de la cancha de Banfield una escuela de arte, donde en un predio que era alquilado, estudiaban muchos chicos y chicas de distintas
edades.
En el instituto había unas chicas que
además de estudiar en la escuela vivían allí para cuidar el lugar, y una de ellas había adoptado una perra
de la calle que andaba dando vueltas por el barrio, a la cual rápidamente la
hicieron formar parte de esa especie de familia.
Así fueron pasando los días y el noble
animal al que bautizaron Soledad hizo amistad con todo el mundo.
Las chicas no le daban mucha bolilla y hacían muy poco por ella, y la noble perra se la rebuscaba como podía.
En realidad y haciendo honor a la
verdad hacían poco por ellos mismos, así que pedir que hiciesen algo por
Soledad era pedir demasiado.
Muchas veces decimos que las mascotas
se parecen a sus dueños y en este caso era inobjetable.
El mismo aspecto de poco aseo como sus
dueños, tenía la pobre Soledad, pero ella nada podía hacer para mejorar su imagen.
El tiempo fue pasando y la pobre Soledad
vivía como podía, comía todo lo que de daban o que conseguía y trataba de hacer
amistad y caerle bien a todo el mundo para obtener algún beneficio.
Pese a su condición de linyera era un
animal sociable, extraordinario y súper inteligente.
Pasado un tiempo la escuela se mudaba
del Barrio y las chicas que vivían en ella, en el nuevo sitio no tenían lugar y mucho menos para la perra.
Mi hija que concurría a la escuela de arte, estaba muy preocupada por el animal porque se la veía venir
que quedaría otra ver en la calle.
Nosotros no podíamos quedarnos con ella porque en casa
teníamos otras dos perras, entonces empezamos a buscarle hogar
cosa que era bastante difícil porque no era un cachorro.
Las supuestas dueñas no se preocupaban
por ella, en buen castellano ni se calentaban y tampoco permitían que alguien se
ocupase del tema.
Así fue que Romina que también se ocupaba de alimentarla, tomó la decisión de invitar a la perra a
que abandonase a sus dueñas y confiera en ella porque le buscaría un nuevo
hogar.
Y así fue que cuando Soledad recibió él
ok, corrió hacia su amiga y partieron hasta su hogar transitorio.
Esa noche recibió un baño, comió y
durmió de primera, y aunque parezca mentira la partida de la perra no fue advertida
por nadie.
Había pasado una semana y entre las
chicas se preguntaron, "¿nadie vio a Soledad? - algunos contestaron,
no"
Un tarado de los que sobraban dijo,
"recién andaba por acá", en fin que más se puede agregar.
Yo me ocupe de buscarle hogar y entregarla a gente de bien para que se
transformara en uno más de la familia, y por suerte en un par de días apareció un conocido
que buscaba una mascota y le conté sobre sobre Soledad.
Inmediatamente me dio el Ok. para que
le llevase la perra a la casa.
Al día siguiente la cargué en el auto y me fuí para Capital para entregarla a su nueva familia.
Al día siguiente la cargué en el auto y me fuí para Capital para entregarla a su nueva familia.
Así fue que en su nuevo hogar el animal
recibió todo tipo de cuidados y todo el
bienestar que su dueño le ofrecía.
Un lugar inmejorable para vivir, paseos
en auto, buena comida, veterinario cuando fuese necesario, baños y aseo
permanente para estar impecable.
Tuvo un par de crías y su dueño se ocupó
que sus hijos fueran dados a buenas familias.
Han pasado muchos años y la sigo
viendo.
Cómo son las cosas!!!
Ayer mendigaba, hoy podría
tranquilamente darle una parte de todo lo recibe, a otro perro que estuviese en
la misma situación que le toco vivir.
Pasaron muchos años pero
la sigo viendo. ESTA BARBARA !!!
Soledad está transitando los últimos años de su vida que por suerte durante todos estos años fue de lo mejor.
Por razones de seguridad, durante muchísimos años su dueño no quería que figurara con su verdadero nombre ni tampoco que su foto sea publicada en ningún medio, pero por suerte lo convencí y la pueden ver junto a su primer cría.
Si bien es imposible que alguien se atreva a sacarla del lado de su dueño, la pobre Soledad teme que sus antigua familia enterados de su sólida posición económica la reclamen para sacar algún beneficio.
Conociendo a esa gente, no me extrañaría.
Soledad está transitando los últimos años de su vida que por suerte durante todos estos años fue de lo mejor.
Por razones de seguridad, durante muchísimos años su dueño no quería que figurara con su verdadero nombre ni tampoco que su foto sea publicada en ningún medio, pero por suerte lo convencí y la pueden ver junto a su primer cría.
Si bien es imposible que alguien se atreva a sacarla del lado de su dueño, la pobre Soledad teme que sus antigua familia enterados de su sólida posición económica la reclamen para sacar algún beneficio.
Conociendo a esa gente, no me extrañaría.