Quiero compartir con todos aquellos que ingresen a este espacio, un montón de recuerdos que son parte de mi niñez, adolescencia y juventud.
Recordaremos juntos de esos años 60, 70 y 80:
Las series y programas de televisión y sus actores
El cine y el teatro
Los automóviles
La música y sus intérpretes

Los deportes y sus protagonistas
La ciudad y nuestro barrio
Sitios de esparcimiento y diversión
Sucesos históricos

Costumbres de la época
Historias y personajes
……entre otras cosas.


24 de febrero de 2015

LOS VENDEDORES AMBULANTES.


Era muy común en Lomas de Zamora en mi barrio cuando era chico, ver vendedores ambulantes que prácticamente andaban todo el día ofreciendo sus productos.
Te estoy hablando en los años 60 donde la gran mayoría de ellos tenía un carro adaptado según lo que vendían, tirados por enormes y cuidados caballos.
Los más comúnes eran el carro de la panificación y el carro del lechero que transportaba los enormes tarros donde traían la leche.
Recuerdo que estos lecheros del barrio eran unos hermanos colorados que vivían en Amero entre Ms. Shell (en aquella época se llamaba Hornos) y Pedernera.
Siempre en casa le compraban, venían por Arenales y pegaban la vuelta por Pintos donde tenían otros clientes.
Mi mamá como los conocía desde siempre, me dejaba ir con ellos en el carro unas cuadras hasta que volvían por la misma calle y me dejaban en mi casa.
Otro vendedor ambulante era el mimbrero que vendía todo tipo de plumeros, sillas de madera y paja o madera y mimbre, recuerdo siempre que cuando pasaba por mi casa mi abuela siempre algo compraba. 
También por las tardes era común ver los carritos de los heladeros prolijamente pintados de blanco y fileteados con sus techos de loma de diferentes colores. 
Un clásico en el barrio que siempre tengo su imagen presente, era un señor bastante mayor que vendía pizza en un triciclo de reparto de color verde oscuro. el pasaba por lo general a la tarde a la hora del mate y traía la clásica pizza de muzzarella y de anchoa.
Esta estaba cocida y lo único que tenias que hacer era calentarla y mandarla al estomago previo a degustarla tranquilamente porque era exquisita.
Con el bendito progreso del que tanto hablamos fueron desapareciendo, pero sus imágenes siguen dando vuelta en la cabeza, de todos aquellos que los vimos transitar por las calles de algún barrio.

Libro de visitas.

LOS JUEGOS DEL RECREO.

No se en estos tiempos a que juegan los chicos que van a la escuela primaria en los recreos, pero si recuerdo a que jugábamos nosotros los de mi edad, cuando íbamos al colegio "hace poquito tiempo", unos 40 o 50 años nada mas.
Uno de ellos y tal vez el que tenía mayor atracción era el tinenti, el que se practicaba con cinco piedras pequeñas u objetos similares.
Consistía en ir tomándolas del suelo al tiempo que se arroja una de ellas al aire y se vuelve a tomar sin que caiga al piso.
La idea era lanzar las piedras verticalmente con la palma al cielo extendida en posición horizontal, y mientras duraba su trayectoria, invertir la orientación de la palma para recibirlas.
El juego iba aumentando su dificultad como lo es desde tirar las 5 piedras al suelo, seleccionar una, tirarla hacia arriba y cuando va en el aire tomar una piedra del suelo y recibir la que viene cayendo, para luego en otra etapa tirar una piedra al aire y recoger dos o tres del suelo.
Las piedras que se utilizaban, muchos las hacían con pedacitos de mármol, pequeños cubos de 1.5 cm. de lado y otros utilizaban dados viejos.
Es un juego muy antiguo que originalmente era llamado kapichua, lo practicaban los niños Tobas y Wichís con carozos o semillas a fin de desarrollar destrezas manuales y aprender a contar.
Otro entretenimiento propio de los recreos en esos años, eran los palitos chinos conocido también como Mikado, un juego de destreza que se basaba en la habilidad de controlar el movimiento de la mano.
Se jugaba con un conjunto de varillas con bandas pintadas de diversos colores, de 20 centímetros de largo y de un grosor de aproximadamente 5 milímetros de diámetro.
Mas tarde aparecieron de plástico y madera, aunque originalmente eran de madera o marfil.
Los palitos eran de colores, rojo, verde, amarillo y azul, y de todos estos, sólo uno de ellos era de color negro, o en algunos casos blanco, siendo este el único y el más importante en el juego.
Los otros palitos de colores eran de cantidades variadas, y tenían valores de puntuación distintos según su color, siendo el de más valor el palillo único.
Su origen se remonta según escritos budistas al siglo V antes de Cristo, tratándose ciertamente de un juego ancestral, que por su sencillez permitió su expansión en diversas civilizaciones.
El juego de bolitas tal vez sea el que siempre existió y siempre se jugo, conociéndose también a las bolitas como canicas, que hasta nuestros días las podemos adquirir en los comercios, en sus distintas variedades, de vidrio, cerámica o metal.
Los juegos son prácticamente universales, y aunque existen muchas variantes, la esencia es casi siempre la misma, y consiste en lanzar una o varias canicas para intentar aproximarse a otras o a un hoyo. 
Cuando se gana una mano se toman las bolitas del otro jugador o de los jugadores contrarios.
Si bien no se conoce el verdadero origen de las canicas, aparentemente fue en el Antiguo Egipto y la Roma Precristiana, en que se originó el juego. 
"LINDOS RECUERDOS"

LIBRO DE VISITAS.

EL ALMACÉN DE DOÑA PERLA.

Allá en los años 70, en la calle Pirómano al 600 de mi querido Barrio en Lomas de Zamora, había una almacén que era el de Doña Perla.
La verdad que íbamos poco, solamente a comprar algún articulo de limpieza cuando estaba en la casa de mi tía, otra cosa no podías comprar, porque las condiciones básicas de aseo para un negocio que vendía alimentos no existían.
Recuerdo siempre que la vieja Doña Perla, cuando robaban a alguien, siempre decía, "LA PLATA NO HAY QUE TENERLA DENTRO DE LA CASA, HAY QUE ESCONDERLA EN LOS GALLINEROS", gallineros que en esos años en toda casa grande había.
Y UN DÍA PASO !!! - Una vez le entraron a robar y sabes donde tenía guardada la guita Doña Perla - NATURALMENTE EN EL GALLINERO - de tanto decirlo, los chorros llegaron a la conclusión, que la plata estaba allí y se la llevaron toda.

LIBRO DE VISITAS.