Una testigo de nuestra ciudad que de a poco se fue despidiendo habiendo cumplido un
ciclo.
Un
testigo que durante décadas permaneció en el mismo lugar y forma parte de nuestros
recuerdos, como el tranvía, los viejos cafés y boliches que había en cada
barrio, y un sin
número de cosas que desaparecieron en los últimos cuarenta años, para situarlos
en un espacio de tiempo.