Hay
crímenes y hechos que forman parte del misterio de la Historia Policial de
nuestro país, cometidos por asesinos que no fueron descubiertos y personas que
desaparecieron sin dejar rastros, convirtiéndose estos hechos en verdaderos
misterios.
Decenas
de expedientes que quedaron abiertos a la espera de ser esclarecidos, y
crímenes que con el correr del tiempo y a medida que pasan los años, parecen
perfectos.
Escuchamos muchísimas veces decir "QUE NO HAY CRIMEN PERFECTO” y esto no
es del todo cierto porque podríamos enumerar algunos, que pese al paso del tiempo siguen sin
resolverse.
A partir del descubrimiento del ADN se han esclarecido muchos casos que habían quedado inconclusos y también, se pudo descubrir que algunos inculpados eran inocentes, es decir que, por la sangre o restos genéticos, por más sospechosos que fueron no eran los culpables.
A partir del descubrimiento del ADN se han esclarecido muchos casos que habían quedado inconclusos y también, se pudo descubrir que algunos inculpados eran inocentes, es decir que, por la sangre o restos genéticos, por más sospechosos que fueron no eran los culpables.
En los
últimos años los avances en las ciencias forenses contribuyen enormemente con
la justicia para llevar a la cárcel a centenares de criminales, pero otras muchas veces quedan inconclusos no
porque sean malos los investigadores, sino porque a veces el criminal posee una
magistral habilidad para el delito, si bien hay que reconocer que a veces no se
pueden resolver por investigaciones deficientes.
Así son
las cosas, CRÍMENES NO RESUELTOS, en algún momento escribí sobre el caso Penjerek
la estudiante desaparecida en el año
1962, también fue muy resonante el caso Arata, sucedido en Julio de 1983,
cuando una familia murió quemada, Jorge Arata, su mujer -Leonor Romero-, la
hija de ambos -Mónica- y la empleada doméstica, que estaba embarazada, donde el
móvil fue robar u$s40.000 que no
encontraron ni tampoco a los asesinos.
Más
cercano en el tiempo encontramos el crimen de Nora Dalmasso, que fue hallada muerta
el 26 de Noviembre de 2006 en la Ciudad de Rio Cuarto en Córdoba, sobre el cual
se escribieron infinidad de barbaridades pero al día de hoy nadie sabe quien la
mato.
Otro
caso sin resolver fue el asesinato de Solange Grabenheimer ocurrido en el 2007,
porque la única sospechosa de haberlo cometido, Lucila Frend quien fue llevada
a juicio, fue absuelta definitivamente por el Tribunal de Casación Penal Bonaerense.
También nos encontramos con otro hecho relativamente reciente
que es la misteriosa desaparición de la
diseñadora de 29 años María Cash quien fue vista por última vez el 8 de Julio
de 2011, la cual fue buscada por efectivos policiales de todo el país, sin
resultados.
Un episodio conmovedor donde la justicia no pudo dar respuesta
hasta ahora, es el crimen de Candela Sol Rodríguez, encontrada muerta el 31 de
Agosto de 2011 luego de haber sido secuestrada.
Pero hubo un caso que ocupo durante meses, la primera plana de los diarios y estuvo presente en todos los noticieros de radio y televisión, que fue la desaparición misteriosa de la Medica Argentina Cecilia Giubileo ocurrida en el Invierno de 1985, que hasta el día de hoy constituye uno de los mayores misterios de la Historia Policial Argentina.
Cada tanto y a raíz de algún episodio en este neuropsiquiatrico de la Localidad de Open Door, vuelve a los medios de comunicación el CASO GIUBILEO, y es por eso que quería compartir con vos esta historia.
La Dra. Cecilia Enriqueta Giubileo, fue una Psiquiatra de 39 años, que trabajaba en la Colonia Montes de Oca de la Localidad de Open Door, cerca de Luján en la Provincia de Buenos Aires, cuando desapareció misteriosamente en ese lugar.
Ella fue vista por vista por última vez la medianoche del Domingo 16 de Junio de 1985 dentro del establecimiento cuando se cruzó con un enfermero e intercambiaron algunas palabras.
A partir de su desaparición esa noche se tejieron infinidad de hipótesis, desde ritos satánicos hasta tráfico de órganos, personas, sangre e inclusive prostitución.
Cecilia Giubileo había nacido en Rojas - Pica de Buenos Aires en el año 1946, y estudio medicina en la Universidad Nacional de Córdoba.
Según cuentan militaba en partidos de izquierda y a fines de la década del 60, participo de marchas políticas, siempre dentro de la Ciudad de Córdoba.
Contrajo matrimonio con Pablo Chabrol y en 1972, viajaron a España y se radicaron en la Ciudad de Gijon, tras intentar revalidar sus estudios y su fracaso matrimonial, regreso al país para retomar su carrera.
En 1973 se recibió de Medica, radicándose en Campana - Pcia de Buenos Aires, donde ingreso en una Clínica Metalúrgica, y un año más tarde fue contratada por la Colonia Montes de Oca, radicándose en Lujan.
Tuvo además un consultorio privado y en su tiempo libre se dedicaba a investigar sobre el Mal de Chagas, probablemente planeando extender sus estudios a otras especialidades.
El Domingo 16 de Junio de 1985, se encontraba de guardia junto a otros dos médicos, firmando el libro de entrada a las 21.38 hs, de ese mismo Domingo.
Había llegado a la colonia conduciendo su propio vehículo, al que había dejado estacionado en el playón y con su tanque de combustible, llenado hacia instantes, según pudo comprobarse en la investigación y que luego de las denuncias, apareciera con el tanque vacío.
Los médicos de guardia, se encontraban en el edificio llamado “Casa Medica” y se movían por los distintos pabellones, según los requerimientos de los pacientes.
Cecilia, esa noche, apenas ingreso en la guardia, atendió una paciente con bronquitis.
Termino la documentación por la defunción de Patricia Villalba, una interna de la colonia que había muerto en la tarde de ese mismo día y era requerida por los familiares, para retirar el cuerpo de la colonia.
De la investigación surge que poco tiempo después, tuvo un breve entredicho con la supervisora Nélida Ojuez, hoy fallecida.
Como era habitual el conmutador telefónico de la colonia no funcionaba, así que las solicitudes de atención de los pacientes, se debería hacer a pie y por lo general, siempre se ofrecía algún interno para ir a buscar al médico de guardia.
Miguel Cano, un paciente había ido a buscar a la Doctora a la Casa Medica, para que atienda una urticaria en el pabellón 7 y a las 00.15 hs, ya de regreso se cruza con un enfermero de apellido Novello intercambiando unas palabras y este sería la última persona que ve a la Dra. Giubileo.
En la madrugada reinaba el mal tiempo en la zona, lluvioso y frio, en el estacionamiento estaba el Renault 6 blanco de Cecilia.
Fueron a buscarla a su dormitorio, pero no estaba, la cama estaba deshecha, y no estaba su bolso, ni su maletín médico.
En el libro de ingresos del Juzgado Nº 2 de Mercedes, la apertura de la causa está fechada el 17 de Junio de 1985, con la firma de la mamá de la doctora, María Lanzetti de Giubileo, radicada en el Barrio Jardín, de Córdoba.
Dos días después, Beatriz Ehlinger, amiga personal de Cecilia ya preocupada por su ausencia, radica la denuncia de su desaparición en la Comisaria de Torres, quedando asentada como averiguación de paradero.
El Director de la colonia, Florencio Eliseo Sánchez, no realizo la denuncia, pero le inicio un sumario administrativo, por abandono de la guardia médica.
Comenzó entonces la investigación por la desaparición de la Dra. Cecilia Giubileo encabezada por el Juez Federal Dr. Héctor Heredia, quien no tomo los recaudos, necesarios, para preservar pruebas, en caso de estar ante la comisión de un delito.
Las casi 300 hectáreas de la colonia fueron recorridas, por policías, perros adiestrados en la búsqueda de personas, operativos rastrillo y todo tipo de brigadas, que hicieron su aparición en este lugar espantoso lleno de internados, en pésimas condiciones sanitarias y temerosos por las represalias, si dejaban escapar algún comentario inapropiado.
La familia de Cecilia, contrato al abogado Marcelo Parrilli, para que la causa no se estanque, cosa que a pesar de sus esfuerzos, fue inevitable.
El tráfico de sangre y plasma, también tuvieron su espacio en la investigación, aunque sin mucho eco por parte de los investigadores.
Pero hubo un caso que ocupo durante meses, la primera plana de los diarios y estuvo presente en todos los noticieros de radio y televisión, que fue la desaparición misteriosa de la Medica Argentina Cecilia Giubileo ocurrida en el Invierno de 1985, que hasta el día de hoy constituye uno de los mayores misterios de la Historia Policial Argentina.
Cada tanto y a raíz de algún episodio en este neuropsiquiatrico de la Localidad de Open Door, vuelve a los medios de comunicación el CASO GIUBILEO, y es por eso que quería compartir con vos esta historia.
La Dra. Cecilia Enriqueta Giubileo, fue una Psiquiatra de 39 años, que trabajaba en la Colonia Montes de Oca de la Localidad de Open Door, cerca de Luján en la Provincia de Buenos Aires, cuando desapareció misteriosamente en ese lugar.
Ella fue vista por vista por última vez la medianoche del Domingo 16 de Junio de 1985 dentro del establecimiento cuando se cruzó con un enfermero e intercambiaron algunas palabras.
A partir de su desaparición esa noche se tejieron infinidad de hipótesis, desde ritos satánicos hasta tráfico de órganos, personas, sangre e inclusive prostitución.
Cecilia Giubileo había nacido en Rojas - Pica de Buenos Aires en el año 1946, y estudio medicina en la Universidad Nacional de Córdoba.
Según cuentan militaba en partidos de izquierda y a fines de la década del 60, participo de marchas políticas, siempre dentro de la Ciudad de Córdoba.
Contrajo matrimonio con Pablo Chabrol y en 1972, viajaron a España y se radicaron en la Ciudad de Gijon, tras intentar revalidar sus estudios y su fracaso matrimonial, regreso al país para retomar su carrera.
En 1973 se recibió de Medica, radicándose en Campana - Pcia de Buenos Aires, donde ingreso en una Clínica Metalúrgica, y un año más tarde fue contratada por la Colonia Montes de Oca, radicándose en Lujan.
Tuvo además un consultorio privado y en su tiempo libre se dedicaba a investigar sobre el Mal de Chagas, probablemente planeando extender sus estudios a otras especialidades.
El Domingo 16 de Junio de 1985, se encontraba de guardia junto a otros dos médicos, firmando el libro de entrada a las 21.38 hs, de ese mismo Domingo.
Había llegado a la colonia conduciendo su propio vehículo, al que había dejado estacionado en el playón y con su tanque de combustible, llenado hacia instantes, según pudo comprobarse en la investigación y que luego de las denuncias, apareciera con el tanque vacío.
Los médicos de guardia, se encontraban en el edificio llamado “Casa Medica” y se movían por los distintos pabellones, según los requerimientos de los pacientes.
Cecilia, esa noche, apenas ingreso en la guardia, atendió una paciente con bronquitis.
Termino la documentación por la defunción de Patricia Villalba, una interna de la colonia que había muerto en la tarde de ese mismo día y era requerida por los familiares, para retirar el cuerpo de la colonia.
De la investigación surge que poco tiempo después, tuvo un breve entredicho con la supervisora Nélida Ojuez, hoy fallecida.
Como era habitual el conmutador telefónico de la colonia no funcionaba, así que las solicitudes de atención de los pacientes, se debería hacer a pie y por lo general, siempre se ofrecía algún interno para ir a buscar al médico de guardia.
Miguel Cano, un paciente había ido a buscar a la Doctora a la Casa Medica, para que atienda una urticaria en el pabellón 7 y a las 00.15 hs, ya de regreso se cruza con un enfermero de apellido Novello intercambiando unas palabras y este sería la última persona que ve a la Dra. Giubileo.
En la madrugada reinaba el mal tiempo en la zona, lluvioso y frio, en el estacionamiento estaba el Renault 6 blanco de Cecilia.
Fueron a buscarla a su dormitorio, pero no estaba, la cama estaba deshecha, y no estaba su bolso, ni su maletín médico.
En el libro de ingresos del Juzgado Nº 2 de Mercedes, la apertura de la causa está fechada el 17 de Junio de 1985, con la firma de la mamá de la doctora, María Lanzetti de Giubileo, radicada en el Barrio Jardín, de Córdoba.
Dos días después, Beatriz Ehlinger, amiga personal de Cecilia ya preocupada por su ausencia, radica la denuncia de su desaparición en la Comisaria de Torres, quedando asentada como averiguación de paradero.
El Director de la colonia, Florencio Eliseo Sánchez, no realizo la denuncia, pero le inicio un sumario administrativo, por abandono de la guardia médica.
Comenzó entonces la investigación por la desaparición de la Dra. Cecilia Giubileo encabezada por el Juez Federal Dr. Héctor Heredia, quien no tomo los recaudos, necesarios, para preservar pruebas, en caso de estar ante la comisión de un delito.
Las casi 300 hectáreas de la colonia fueron recorridas, por policías, perros adiestrados en la búsqueda de personas, operativos rastrillo y todo tipo de brigadas, que hicieron su aparición en este lugar espantoso lleno de internados, en pésimas condiciones sanitarias y temerosos por las represalias, si dejaban escapar algún comentario inapropiado.
La familia de Cecilia, contrato al abogado Marcelo Parrilli, para que la causa no se estanque, cosa que a pesar de sus esfuerzos, fue inevitable.
La primera idea surgida ante la desaparición
de la Medica, apuntaba hacia el tráfico de órganos, cosa poco probable, dadas
las condiciones sanitarias de la colonia, aunque no se podía descartar el tráfico de personas
completas, sin emitir la mínima sospecha, algo totalmente lógico, cuando se leían
las estadísticas de la colonia, donde más del 80% de los internos no recibía
visitas, y a más del 50% de ellos no se les conocía filiación alguna.
El tráfico de sangre y plasma, también tuvieron su espacio en la investigación, aunque sin mucho eco por parte de los investigadores.
Pudo comprobarse durante la investigación, el
abuso sexual hacía varias internas, algunas conexiones con el proxenetismo
local, embarazos de internas donde los destinos de los nacimientos eran
inciertos, aunque las evidencias apuntaba hacia el tráfico de bebes.
El Dr. Florencio Eliseo Sánchez, como
director de la colonia, fue inculpado, detenido y procesado, pero no pudo
concretarse la investigación en ese sentido, ya que falleció en la cárcel sin
haber aportado absolutamente nada en la causa.
Otras
hipótesis que se barajaron en ese
momento fueron las siguientes:
Algún
inestable paciente de la colonia la había atacado, pero no había la menor señal
de que ello hubiera ocurrido, y de haber sucedido, era posible que un enfermo
mental planeara un crimen con tanta perfección, razón por la cual la hipótesis
fue descartada rápidamente.
Algunos
investigadores, abordaron la hipótesis que había sido secuestrada para pedir un
rescate, porque según cuentan en su casa guardaba sus ahorros, unos u$s 3000 en
una caja escondida, pero esto se descartó dado que nadie había pedido rescate
alguno.
Otra línea
se orientaba a un drama pasional, porque el periodismo comenzó a hurgar en la vida
personal y sentimental de la Dra. Giubileo, porque según decían que en la vida
de la bella Doctora no habían faltado hombres.
Surgieron un
médico de Campana algunos años mayor que ella, un Contador Público de Buenos
Aires, con quien ya había terminado la relación y otro médico, un colega de la Colonia
de Open Door, con quien había proyectado algo.
Cecilia
Giubileo había comprado dieciséis hectáreas en la Sección Primera del Tigre según
versiones con este colega, también había
abierto un depósito a plazo fijo a orden conjunta.
Surgieron además
especulaciones y rumores sobre las preferencias sexuales de la Dra. Giubileo,
que decían que había mantenido relaciones amorosas con algunas mujeres. empleadas
y enfermeras de la colonia que fueron interrogadas. pero nada pudo encontrarse.
La hipótesis
política también estuvo presente, dado que Cecilia Giubileo había militado en
la izquierda en su época de estudiante universitaria, aunque su ex-marido Pablo
Chabrol no registraba antecedentes políticos, dos de sus hermanos habían
militado en el ERP y estaban en las listas de desaparecidos de la CONADEP, pero
esta hipótesis no prospero tampoco.
Así de a poco se fueron cayendo todas las líneas de investigación y desde aquel tenebroso invierno de 1985 hasta el presente, noticias e informes sobre el estado de las Colonias Montes de Oca y Open Door han aparecido periódicamente en los medios de comunicación, y sobre cada uno de ellos sobrevuela, lo que se va transformando en leyenda que es la desaparición de la Dra. Cecilia Giubileo.
Así de a poco se fueron cayendo todas las líneas de investigación y desde aquel tenebroso invierno de 1985 hasta el presente, noticias e informes sobre el estado de las Colonias Montes de Oca y Open Door han aparecido periódicamente en los medios de comunicación, y sobre cada uno de ellos sobrevuela, lo que se va transformando en leyenda que es la desaparición de la Dra. Cecilia Giubileo.