Quiero compartir con todos aquellos que ingresen a este espacio, un montón de recuerdos que son parte de mi niñez, adolescencia y juventud.
Recordaremos juntos de esos años 60, 70 y 80:
Las series y programas de televisión y sus actores
El cine y el teatro
Los automóviles
La música y sus intérpretes

Los deportes y sus protagonistas
La ciudad y nuestro barrio
Sitios de esparcimiento y diversión
Sucesos históricos

Costumbres de la época
Historias y personajes
……entre otras cosas.


30 de mayo de 2018

EL BALERO.



 
Al recordar los juegos de mi infancia, inevitablemente me invade la añoranza.
A diferencia de las opciones actuales muy ligadas a lo tecnológico, en otras épocas los chicos eran capaces de pasarse horas enfrascados en juegos rudimentarios de barrio.
Uno de los entretenimientos que nos ha movilizado y que aún en estos tiempos, sigue existiendo es el balero.
Su estructura está compuesta por una esfera de madera de pocos centímetros de diámetro agujereada en la parte superior, desde donde pende un hilo unido a un mango de grosor apenas menor al de la perforación de la bocha.
Los hay de diferentes variantes en cuanto al material, por lo general madera de cedro, sauce o álamo, a la longitud de la correa y al peso de la bola.
El juego se desarrolla de a dos y consiste en tomar el mango dejando colgar la esfera, que deberá ser impulsada hacia arriba con velocidad a fin de que el hueco de la esfera encaje perfectamente en el mango.
La forma de balancear el elemento y de tomar el palito puede variar, y de acuerdo a la postura adquirirá diferentes nombres como simple, doble, etc.
Un turno para cada participante se realiza el conteo de fallas y aciertos.
Si bien su origen es incierto, se estima que el balero surgió en México y tuvo tanta difusión que se convirtió en un juego universal que hoy desconoce fronteras.Muchas culturas y países lo han adoptado desde la era precolombina.
Es accesible en todo sentido,  económico, sólo requiere de cierta habilidad, buena vista y ganas de desafiar nuestra precisión.