Fue Campeón Olímpico a los 18 años ganando la medalla de oro de los semipesados en los Juegos realizados en Roma-Italia en 1960.
Este logro lo alentó a volcarse al profesionalismo de la mano del entrenador Ángelo Dundee.
Durante sus primeros años como profesional ganó numerosos combates, casi todos por KO, volviéndose famoso por su estilo de boxeo y su constante autopromoción.
Dueño de un perfil altísimo hacia un uso constante de bravuconadas en las que mencionaba en qué round noquearía a su oponente, ya fuera en las ruedas de prensa o en los programas de televisión en que aparecía.
Permanentemente se alababa a sí mismo, con frases como "SOY EL MAS GRANDE DEL MUNDO, EL MEJOR DE TODOS Y NADIE ME PUEDE VENCER”
Su gran progresión en los cuadriláteros lo convirtieron rápidamente en aspirante a la corona mundial de los pesados que ostentaba en aquellos años Sonny Liston, al cual le gano proclamándose campeón de mundo en 1964.
Se convirtió al Islam y ahí fue que cambió su nombre por el de Muhammad Ali.
Un año más tarde, Ali le concedería la revancha a Liston y lo volvería a derrotar con uno de los KO más espectaculares que lo tuvo como protagonista.
En 1967 rechazó incorporarse al ejército Estadounidense apelando a su condición de Musulmán y a su oposición a la Guerra con Vietnam.
Fue arrestado y declarado culpable de evasión del servicio militar, despojado de su título y suspendida su licencia de boxeador.
No fue encarcelado, pero no volvió a pelear en casi cuatro años mientras su apelación llegaba al Tribunal Supremo, donde fue finalmente admitida.
Volvió a los rings en 1971 y mantuvo un duelo casi eterno con Joe Frazier, el hombre que por ese entonces ostentaba la corona de los peso pesados.
Dos excelente boxeadores con estilos totalmente opuestos, invictos ambos y con una enemistad verdadera, se enfrentarian en tres ocaciones.
La primera pelea se realizó en el Madison Square Garden de Nueva York, Frazier retuvo el título en 15 asaltos después de una hora de boxeo memorable y por decisión unánime, pero dos años después volverían a verse las caras nuevamente en el mismo escenario.
Ali y Foreman disputaron el combate en Kinshasa, entonces capital de Zaire, posiblemente el mejor combate de la historia del boxeo mundial de todos los tiempos.
El encuentro catapultó de nuevo a Ali a lo más alto y le devolvió el título mundial.
El musulmán sorprendió a todo el mundo al emplear la mejor estrategia vista hasta la fecha.
Esta consistía en apoyarse en las cuerdas con el objetivo de cansar a su rival dando golpes para, cuando éste se hallara ya exhausto, contraatacar buscando el KO.
Tras su victoria, Ali decidió darle otra oportunidad a Frazier en el tercer y último combate entre ambos, el cual fue uno de los más devastadores que protagonizo imponiéndose por KO técnico.
Años más tarde Muhammad Alí perdió el título ante Leo Spinks en Las Vegas y, meses después, consiguió recuperarlo tras derrotar a ese mismo rival en Nueva Orleans, y en 1979 anunció su retirada.
Así fue que el hombre que parecía flotar en el ring le decía adiós al boxeo dejando un enorme legado, mezcla de luchador agresivo con una fuerte personalidad y una lengua incontrolable a la hora de insultar y menospreciar a sus rivales.
Su record y marca al final de su carrera fue de 61 combates disputados con 56 victorias (37xKO) y 5 derrotas.
Pese al paso de los años, Alí es UN RECUERDO PERMANENTE para todos los amantes del boxeo.
