Quiero compartir con todos aquellos que ingresen a este espacio, un montón de recuerdos que son parte de mi niñez, adolescencia y juventud.
Recordaremos juntos de esos años 60, 70 y 80:
Las series y programas de televisión y sus actores
El cine y el teatro
Los automóviles
La música y sus intérpretes

Los deportes y sus protagonistas
La ciudad y nuestro barrio
Sitios de esparcimiento y diversión
Sucesos históricos

Costumbres de la época
Historias y personajes
……entre otras cosas.


17 de agosto de 2012

EL BUEN VENDEDOR.



Días pasados recordaba como fueron cambiando los vendedores en los comercios y muy especialmente en el algunos rubros.
Uno concurría a un negocio por ejemplo a comprar ropa, y se encontraba con personas que se disponían a venderte absolutamente todo lo que tenían.
Comenzaban tratando de complacerte en lo que buscabas, fundamentalmente porque el cliente como primera medida debe llevar lo que necesita, y luego recién allí intentaban  interesarte por todas sus ofertas.
Los vendedores se tomaban todo el tiempo de mundo en atenderte para que te fueras satisfecho, porque era la mejor propaganda de su comercio.
En estos tiempos los vendedores tratan de que gastes lo más posible, comprando en muchos casos lo que ellos quieren venderte, y que te tomes el buque lo más rápido posible.
Hoy en día en los comercios, salvo raras excepciones nos encontramos con gente que simplemente atiende, muchas veces carentes de conocimientos sobre los productos que componen su comercio, gente sin metas ni objetivos que es lo primero que debe tener un buen vendedor. 
Recuerdo siempre mi primer empleo que fue en una casa de electrodomésticos muy conocida de la zona sur, en la cual entré a trabajar en el salón de ventas.
Su dueño un autentico comerciante de la cabeza a los pies, se ocupaba personalmente de capacitar a sus vendedores, los cuales moldeaba a su imagen y semejanza.
Entre muchas de las cosas que aprendí, era tener una meta diaria de venta sobre un determinado producto, generalmente de poco monto, como por ejemplo una plancha o una radio a pilas.
Estos nobles productos infaltables en cualquier hogar de aquella época y la actual, eran mi caballito de batalla porque era lo que me daría de comer todos los días.
Los grandes productos de esa época, los televisores, las cocinas, las heladeras, los equipos de audio, eran los que de concretarse la venta, me posibilitarían comprarme buena ropa, salir a cualquier lugar a divertirme, irme de vacaciones, etc. etc.
Jorge el dueño del negocio  siempre decía, “QUIEN NO TE VA A COMPRAR UNA PLANCHA O UNA RADIO A PILAS PARA REEMPLAZAR LAS QUE TENIAS EN USO, O BIEN LA PLANCHA PARA TENERLA DE REPUESTO", y la verdad que tenia razón, era impresionante la cantidad de planchas y radios que vendíamos en el mes. 
En la actualidad a veces sucede que cuando vas a comprar un electrodoméstico y hablas con el vendedor, desde su ignorancia intenta convencerte, que lo que vos tenes es una porquería y lo que él intenta vender es lo mejor.
 
Error insalvable de su parte, no hay nada peor para cualquier persona que le digan que tenes porquerías, te sentís poco menos que un tonto.
Jorge siempre decía que cuando uno intenta vender algo que el cliente tiene, lo mejor es resaltar la calidad de producto que este posee, pero dejando expresamente aclarado que lo que vos le vas a ofrecer es distinto, más moderno, etc. etc.
De esta manera nos fue inculcando a los vendedores algunos principios que fuimos haciendo nuestros, fundamentales para ser un buen vendedor de artículos de hogar, ropa o lo que fuera, la técnica siempre era la misma. 
Otra de la cosas que hacía era alentar minuto a minuto al equipo de ventas, te convencía que eras el mejor en lo tuyo y que no tenias limites, siempre estabas dispuesto a romper tu marca, tu record y superar tu objetivo porque había un premio adicional que te pagaba con gusto. 
Si bien las buenas ventas es lo mas atractivo en un comercio, es necesario no darle tanta trascendencia, porque el buen vendedor busca generar un  buen ingreso aun con el cliente que va a gastas poco, porque un montón de ellos también te ayuda a lograr tu objetivo.
Es por eso que hay que ver siempre, aun en el cliente más pequeño a alguien que esta allí, e ingeniárselas para venderle un poco mas de lo que esta dispuesto a gastar, con el absoluto convencimiento que somos los mejores y que no hay clientes que se nos pueda resistir.  
Uno de los elementos que siempre tenía presente cuando vendía, era vivir mis ocho horas de trabajo de buen humor, dejar de lado los problemas y disfrutar vendiendo, tratando de dejar de lado el ingreso, que si vendes este viene solo.
Sin embargo, ser positivos y divertidos no nos va a ser navegar en un mar de sueños, también debemos ser realistas y conocer muy bien nuestro potencial de venta y nuestros competidores.
Con el tiempo me fui dando cuenta que el cliente necesita mas allá del producto y la buena atención, sentirse permanente mimado y convencerlo que es nuestro mejor cliente, si logramos esto, 
se genera un vinculo de fidelidad entre ambos que es a prueba de todo.
Pero creo que la enseñanza más importante que me llevé, es amar profundamente cada cosa que uno hace, sea cual fuera nuestra ocupación.
Por mas que pasen los años, la venta se debe realizar de la misma forma, el tiempo solamente hizo que cambiaran las formas de proceder de los vendedores, pero por suerte aun con distintas edades hay muchos vendedores que comulgan con los principios que allá por los setenta me enseño Jorge.