Quiero compartir con todos aquellos que ingresen a este espacio, un montón de recuerdos que son parte de mi niñez, adolescencia y juventud.
Recordaremos juntos de esos años 60, 70 y 80:
Las series y programas de televisión y sus actores
El cine y el teatro
Los automóviles
La música y sus intérpretes

Los deportes y sus protagonistas
La ciudad y nuestro barrio
Sitios de esparcimiento y diversión
Sucesos históricos

Costumbres de la época
Historias y personajes
……entre otras cosas.


25 de septiembre de 2018

BUENISIMO,

Fuente: INFOBAE.
Tom Hanks y el inesperado éxito de ventas de las antiguas máquinas de escribir.
Por Cathy Free.
25 de septiembre de 2018.  

Paul Schweitzer, de 79 años y propietario de Gramercy Typewriter Co, aún sigue arreglando máquinas de escribir en Manhatta (Cortesía de Jin Schweitzer).
En una era donde glorificamos la velocidad y donde casi todos llevan una computadora en el bolsillo, sorprende encontrar en Nueva York a Paul Schweitzer llenando una bolsa con herramientas de su oficio -cintas de máquina de escribir, alicantes de punta fina- para atender llamadas de emergencia para arreglar máquinas de escribir.
Estos aparatos vintage están volviendo gracias a los jóvenes que aprecian las máquinas, de la misma manera que lo han hecho con los vinilos o los tocadiscos. Celebridades, incluyendo el actor y apasionado de la máquina de escribir Tom Hanks, escritores, coleccionistas y cualquier persona que quiera tener un recordatorio de tiempos más simples han sido la clave del éxito de Schweitzer en Gramercy Typewriter Co, una tienda iniciada por su padre, Abraham Schweitzer, en 1932.
A principios del 2000, Schweitzer vendía 10 máquinas de escribir al mes. En los últimos años, ese número se ha disparado a alrededor 60 al mes, gracias a los millennials que han estado adquiriendo estos aparatos y que han hecho uso del servicio técnico.
"En los últimos cinco o seis años, he visto un gran interés en las máquinas portátiles", comentaba Schweitzer, de 79 años, acerca de su negocio, ubicado en la Quinta Avenida, donde se encuentra el icónico edificio Flatiron.
Paul Schweitzer ha visto un aumento en las ventas de las máquinas de escribir en los últimos años (Jin Schweitzer)
Durante la época navideña del año pasado se vendieron 110 máquinas de escribir, a un costo de entre USD 195 y USD 595 cada una, como regalos para niños y adultos. Esperan ver ventas similares para este año.
"¡La gente los ama!", exclama. "Nos llevan de vuelta al pasado a un ritmo más lento y más tranquilo", agrega.
Hubo un tiempo en que Manhattan se convirtió en el hogar de cientos de tiendas de máquinas de escribir, aunque ahora solo hay puñado. Solo hay unos 250 talleres de reparación de costa a costa. Ahora que se acerca a los ochenta años, admite que siente la obligación de estar al frente de este oficio el mayor tiempo posible, tal y como lo hizo su padre después de iniciar el negocio familiar durante la Gran Depresión.
"En estos momentos, hay una gran demanda por lo que hacemos", indicó Schweitzer, que usa un delantal negro con camisa y corbata para siempre estar listo para atener las llamadas de emergencia en su oficina.
"Justo el otro día, un hombre entró con su hijo de 12 años. El niño quería una máquina de escribir. No una computadora. Una máquina de escribir. Quería escribir notas a sus amigos", relataba.
Él cuenta que la gente se sorprende cuando sabe que aún agarra el maletín para atender las llamadas de las oficinas de Manhattan que aún conservan máquinas de escribir.
"Se acabaron los días en que una compañía de seguros tenía que limpiar 200 máquinas a la vez, pero todavía podrían quedar unas 15 o 20. Me es gratificante ayudar a mantener estas máquinas en funcionamiento".
Su negocio es uno de los 250 que aún quedan en todo Estados Unidos (Jin Schweitzer)
Schweitzer destaca los modelos de Smith-Corona o IBM Selectric que aún funcionan muy bien. Uno de sus clientes más leales es el actor Tom Hanks, que tiene una gran colección de máquinas de escribir, no solo para decorar una oficina, sino también para escribir cartas, memorandos de películas, recordatorios y otras cosas.
"Paul vende herramientas, no juguetes. Sus máquinas de escribir funcionan y están destinadas a ser usadas", escribió la estrella de Hollywood en un correo electrónico enviado a The Washington Post.
Hanks dijo que le gusta la permanencia y la naturaleza táctil de la máquina de escribir.
"Las máquinas de escribir son como pianos: objetos de traducción que los artistas usan para crear paisajes de ensueño y los compradores lo usan para hacer listas de la compra", agregó Hanks. "La diferencia es que todo lo que escriba existirá físicamente durante siglos".
Cuando Hanks está en Nueva York, agregó Schweitzer, "va a la tienda y se relaja durante un rato probando algunas de las máquinas".
El actor, que recientemente interpretó al editor de The Washington Post Ben Bradlee en The Post, se llevó a casa una Royal con una gran tecla que decía "The Post".
Schweitzer vendió unas 25 máquinas de escribir antiguas, manuales y eléctricas, al director de cine Steven Spielberg, quién más tarde entregó a parte del elenco y del equipo como regalos de "agradecimiento".
"Emparejó las máquinas de escribir con las personas del set y envió una nota personal de 'agradecimiento' a cada uno como un regalo único", dijo Jay Schweitzer, hijo y socio comercial de Paul Schweitzer. "Lo ayudamos a hacer la mejor combinación".
Hacer coincidir una máquina de escribir con una persona es una de las habilidades más perfeccionadas de Paul Schweitzer.
Solo hace falta preguntar a Michael Leslie, uno de sus clientes. Hace dos meses, durante una visita a la tienda de Schweitzer, Leslie vio un elegante modelo con un acabado de color arena.
"Guau, ¿Qué es esto?", le preguntó el diseñador de apartamentos de Nueva York a Schweitzer. "Nunca he visto algo así".
La máquina de escribir era un extraño modelo Facit de principios de la década de los sesenta. No fue hasta un tiempo más tarde que Schweitzer le confesó a Leslie que había estado guardando esta máquina para él, ya que sabía que emparejaría perfectamente con él.
"Quería que lo encontrara por mí mismo. Fue un golpe de gracia: amor a primera vista. Paul sabía exactamente lo que necesitaba", relataba Leslie, de 62 años.
Paul Schweitzer llevó por primera vez a su hijo Jay a la tienda cuando tenía 7 años, y pasaron varios veranos juntos en el negocio.
"Mi padre me dijo: 'No te sentarás a mirar la televisión todo el día, vas a venir conmigo", recordaba Jay, de 50 años, que ahora va a trabajar con traje y corbata como su padre.
Actualmente, todos los días, padre e hijo miran pacientemente bajo las teclas y la maquinaria de las antiguas Underwoods, Royals, Olivettis y Smith-Coronas, traídas por clientes porque una tecla se ha quedado trabada o porque una cinta no funciona bien.
Los Schweitzer tienen muchas piezas para reparaciones ya que según explica Paul, él compró los inventarios de casi todas las tiendas de máquinas de escribir de Manhattan, cuando se cansaron de competir en un mundo de alta tecnología y cerraron sus negocios.
Pero Schweitzer no lo hizo. Él apostó al encanto duradero de la máquina de escribir. "Tenía una corazonada", subraya. 
Me hace recordar las clases de mecanografía cuando estudiaba en la secundaria, tratando de escribir al tacto en las maquinas OLIVETTI.

LA ESCUELA INTEGRAL GABRIELA MISTRAL – “La Aida” – Un recuerdo permanente

En Lomas de Zamora y Banfield con la puesta en marcha del Ferrocarril del Sud, se comenzaron a construir muchas casonas en grandes predios que se fueron coonvirtiendo en casasquintas.
La gran mayoría de ellas pertenecían a personas que Vivian en lo que en ese entonces era la capital federal, que tomaban estos lugares como casas de fin de semana para la recreación y veraneo.
Lo que a continuación te relato, en un punto tiene que ver con esa historia.
Nací en Lomas de Zamora como ya conté hace 60 años, cerca del Club Atlético Lomas.
Desde siempre me llamó la atención un lugar que denominaban la casa-quinta LA AIDA.
En 1964 comencé la primaria en la escuela Nro. 20 Domingo Faustino Sarmiento de la calle Viamonte entre Ms.Shell y Matheu.
Allí cursé primero, segundo y tercer grado hasta que abrió la Escuela Integral Gabriela Mistral en lo que había sido la casa-quinta LA AIDA,
A este colegio concurrí y terminé  la escuela primaria egresando en el año 1970.
Cuando empece a ir a esa escuela y siendo chico entendí la verdadera dimensión de lo que había sido esa casona que hasta ese entonces había visto desde  afuera.
Estos días tratando de hacer memoria, intentaba recordar la cantidad de casas aledañas que había en la cuadra.
Tomando en cuenta ello,  pienso que la casona en ese momento se situaba en un terreno de aproximadamente de unos 3500 a 4000 m2. 
Seguí haciendo memoria y pese al tiempo transcurrido, recuerdo claramente como era su edificación.
Su entrada principal estaba en la calle Viamonte y la parte de atrás de la edificación daba al Pasaje la Paz.
Tenía un frente de rejas con un enorme portón de dos hojas y un más chico de una hoja.
El frente, los portones y puerta tenían unas puntas muy grandes, tipo punta de flechas.
Al entrar, accedías al enorme parque, con dos enormes pinos, uno a cada lado del terreno.
Uno de ellos con la punta rota seguramente a causa de alguna tormenta lo que impidió que el mismo siguiera creciendo hacia lo alto.
También una magnolia y otros árboles menores completaban la arboleda, que además tenía  distintos tipos de plantas hacia un lado y otro del terreno.
La casona estaba edificada unos tres metros sobre el nivel del suelo y accedías al patio principal por una escalera que se iba angostando hasta llegar arriba.
Si no mal recuerdo la escalera tenia hacia cada uno de los lados, un macetero enorme en la parte superior. 
Cuando uno llegaba arriba, encontraba un gran patio abierto, luego una galería y el acceso a la parte central de la casona, seguramente lo que había sido el comedor o la sala principal.
Antes de entrar y con salida a la galería había una habitación de cada lado de aproximadamente unos 30 m2 cada una.
En estas que podríamos decir que probablemente hayan sido habitaciones, funcionaba la dirección del colegio y el 7mo. Grado.
Cuando accedías a lo que te conté, que era ese enorme espacio que podemos llamar sala principal, había en una esquina el infaltable hogar a leños y diversas puertas, dos por cada lado y dos hacia el fondo, que seguramente eran dormitorios, escritorio, biblioteca, etc.
Cuando la conocí por cada una de esas puertas, accedías a algún aula.
Todas estas habitaciones, tenían enormes ventanas hacia los laterales de la casona.
Las dimensiones de estos ambientes, el tiempo hace que no los pueda determinar pero diría que nos mas de 30 m2.
Me parece que esa era la medida porque cada grado no tenía más de 20 o 25 chicos y sus pupitres en triple fila cómodamente los albergaba.
Si mirabas la casona por la parte de atrás desde la entrada del Pasaje La Paz, encontrabas una escalera de idéntica característica a la de la entrada principal, pero creo que era un poco más angosta.
Cuando llegabas arriba otro patio más pequeño y luego otra galería donde también había dos puertas de entrada.
Hacia cada lado también dos ambientes que funcionaban como aulas.
A cada lado dos pasillos, sobre la derecha estaban los baños del colegio que seguramente cuando la casona se habitaba eran también lo eran.
Sobre el lado izquierdo a continuación del habiente estaba la cocina enorme que también sin duda alguna, había sido cocina en la casona.
Lástima no tener algunas fotos!!!!!!
La entrada sobre el Pasaje La Paz también era un frente de rejas grande donde había una puerta de dos hojas chicas.
Completando la edificación sobre el lado izquierdo y sobre el nivel del suelo, había una casa con techo a dos aguas de unos 40 m2 donde vivían los caseros o el servicio doméstico cuando la casona se habitaba.
Siempre tengo el recuerdo antes que funcionara el colegio que las personas que habitaban la casita de abajo, eran dos señoras muy mayores que vestían de negro y estuvieron allí desde siempre.
Que papel jugaban la verdad no sé.
Si, me acuerdo que cuando era chico, iba con mi abuela a verlas, porque creo que ellas vendían huevos y miel.
Completando la descripción de la casona, te cuento que debajo de la misma estaban los enormes sótanos, diría que unos cuatro metros de profundidad y con pisos de tierra, donde bajabas por una escalera de madera bastante precaria.
Se dividían por sectores que tenían enormes arcadas.
Las columnas de esas arcadas eran lo que sostenía la casona.
De cualquiera de los lados que uno mirada la casa, advertía a nivel del piso arcadas con rejas, que si uno se acercaba y miraba a través de los vidrios veía los sótanos.
En este amplio lugar se realizaban las fiestas del colegio.
Hasta aquí una parte de la historia.
Con el correr de los años y ya en la escuela secundaria, un vecino de unos setenta años me cuenta una historia, que la verdad no conocía hasta ese momento.
Por aquel entonces yo tenía más o menos unos 15 años.
Este me contó que La Aída hasta donde recordaba, ocupaba un predio que era dos o más manzanas y que sus fondos lindaban sobre la calle Arenales donde ya estaba el Club Atlético Lomas.
Esto me lo contaba todo con absoluta convicción como lo que sigue.
En estos fondos y a lo ancho del terreno, unos cien metros como mínimo, había un lago artificial donde los que habitaban la casona o sus visitantes, se paseaban en bote.
En el final de este lago, había árboles en dos hileras y luego el club.
Curioso e inimaginable, SI !!!!!
Sería más curioso e inimaginable si te dijera que, una chica que vivía en la casona o estaba de allí de paso, se ahogo en ese lago.
Nunca me pudo dar mayor precisión de este hecho porque no recordaba nada más.
Este suceso existió, porque otra gente grande como Don Antonio, así se llamaba  el hombre que desde chico vivía en el barrio.
Otros como este vecino también contaban  esa historia con muy pocas diferencias.
Además convalida la existencia del lago que, mi papá me contaba que todos esos terrenos en esas manzanas habían sido rellenados y mucha gente coincidía en eso. 
Pero parte de la historia que tiene que ver conmigo, no termina allí y es por eso que intento después de tantos años averiguar algo más.
En 1985 una persona muy cercana a mí se viene a vivir al barrio.
Esta chica de mi edad había vivido durante toda su niñez en Remedios de Escalada y su adolescencia la paso en Llavallol.
Cuando vino al barrio desconocía totalmente la existencia de la casona y su historia.
Durante mucho tiempo vió en sueños una casona con un lago y una chica vestida de blanco que paseaba por lo que sería el parque y la zona del lago. 
Ese sueño lo tuvo en repetidas ocasiones hasta que en una oportunidad me lo cuenta y a partir de ese momento no lo volvió a tener nunca más.
Creer o no creer, pero ella me realizó una descripción casi perfecta de la casa y todo lo que había en esos años en el predio, coincidiendo plenamente con lo que me había contado mi vecino.
Hace un tiempo, recibí un correo de una persona que vivió en el barrio en los años 60 y 70 y conoció la casona.
En su e-mail me contó algo que no recordaba como que en el parque de la casona, sobre un costado había un aljibe.
A él también alguien le había contado que en el predio había muerto una chica en el lago, pero lamentablemente como yo, no tenía más precisiones.
Días pasados me encontré con una señora que vive en el barrio también desde muy chica y me decía, que la casona perteneció a una familia de origen Frances que tenía una sola hija, que no se casó y no dejo descendencia. 
Mis recuerdos hasta aquí llegan, pero creo que LA AIDA fue una edificación de principio del siglo XX, posterior a la radicación del Club Lomas en el barrio.

ACLARACION.

Como ya lo manifesté en otras oportunidades, muchas de las ilustraciones que acompañan los posteados no corresponden a los lugares o personajes a que se refieren, porque no obran en mi poder ni tampoco los encontras en internet.
Son solamente y así hay que tomarlas, ilustraciones o fotos de archivos que complementan un tema.
Lo aclaro porque recibí un correo de una persona que conoció al verdulero del tanque o el manquito como le decían y la foto no es precisamente del personaje.
Por eso si esta práctica, molesta o incomoda a alguien pido disculpas.

21 de septiembre de 2018

RECORDANDO.

YO NO TE PIDO LA LUNA, es la versión en castellano del tema en italiano NON VOGLIO MICA LA LUNA compuesto por Luigi Albertelli, Enzo Malepasso y Zucchero Fornaciari para la cantante italiana Fiordaliso, quien fue la intérprete original de la canción.
Con esta interpretación obtuvo el quinto puesto en el Festival de San Remo de 1984.
La versión en castellano se hizo conocida ese mismo año, en la voz de la cantante mexicana Daniela Romo que sigue sonando hasta nuestros días.
Infinidad de cantantes interpretaron este tema con versiones hasta en ritmos tropicales.

18 de septiembre de 2018

FLIPPER.


Con el correr del tiempo siempre aparece alguna serie que me olvide poner en el Blog.
Cuando esto ocurre y me acuerdo o me hacen recordar de alguna, enseguida ocupa un lugar aquí.
Flipper es una de las series Estadounidenses de televisión producida por Ivan Tors Films en asociación con Metro-Goldwyn-Mayer. Inicialmente emitida por NBC desde el 19 de Septiembre de 1964 hasta el 15 de Abril de 1967, ha tenido numerosas repeticiones en muchos países del mundo.
Flipper es un Delfin en el parque temático y reserva marina de Coral Key Park en el estado de Florida.
La serie está protagonizada por los delfines amaestrados por Ric O'Barry, su guardián Porter Ricks y sus dos hijos Sandy y Bud.La serie promovió la captura de delfines para su uso comercial, lo que motivó que O'Barry se convirtiera en un activista defensor de la vida marina.
Los protagonistas de la serie eran, Brian Kelly - Porter Ricks, Luke Halpin - Sandy Ricks Y Tommy Norden - Bud Ricks.

13 de septiembre de 2018

Muchísimos crímenes han acompañado a los argentinos en las últimas décadas.Algunos resueltos, otros no, otros que sin duda alguna por la trascendencia lograda a partir de los medios de comunicación seguramente nunca se olvidaran.

Yiya Murano acaparó la atención de la prensa durante la década del 70 y del 80.
Su nombre completo era María de las Mercedes Bernardina Bolla Aponte de Murano y había  nacido el 20 de Mayo de 1930 en Capital Federal. 
Más conocida como Yiya Murano la envenenadora de Monserrat es considerada una asesina y estafadora, que fue condenada por tres homicidios y estuvo presa durante dieciséis años. 
Como caso policial es uno de los más famosos en la historia Argentina que tomo enorme repercusión y se mantuvo en cartelera a lo largo de los años.
Yiya se mostraba como una persona culta y de un buen pasar económico, aunque en realidad, carecía de educación y tenía problemas económicos ya que permanentemente gastaba muchísimo dinero que no tenía comprando joyas y ropa importada.
El 24 de Marzo de 1979, Carmen Zulema del Giorgio de Venturini, prima de Yiya sufre una caída y muere en la escalera de un edificio de la calle Hipólito Yrigoyen donde vivía.
Los médicos que asistieron al lugar diagnosticaron que la mujer había tenido un paro cardíaco. 
Pero la hija Diana María Venturini, se percató que entre las pertenencias de su madre, faltaba un pagaré por un valor de 20 millones de pesos.
El portero del edificio dijo que mientras la Sra. de Venturini agonizaba en el interior del edificio, la Sra. Murano había llegado a visitarla con un misterioso paquete en mano que luego se descubriría que eran masas y petits fours.
El mismo manifestó que Yiya le había pedido una copia de las llaves del departamento de su prima, justificando su intromisión, con un "necesito su libretita para avisar a los parientes"
Ella había entrado en la vivienda de la mujer y luego había salido rápidamente con unos papeles y un frasquito en la mano. 
Los investigadores solicitaron la realización de una nueva autopsia y los peritos descubrieron cianuro en el cadáver, relacionando los mismos el veneno con el supuesto frasco mencionado por el encargado.
Se supo que Nilda Gamba vecina de Yiya, había muerto el 10 de Febrero de 1979 y pocos días después, un infarto mató a Lelia Formisano de Ayala, otra amiga de Yiya.
Murano les debía dinero a ambas mujeres y ambos cuerpos presentaban signos de haber sido envenenados con cianuro, veneno que era camuflado dentro de las masas que ella les ofrecía. 
El 27 de Abril de 1979 la policía detuvo a la señora Yiya Murano en su hogar, en la calle México. 
En 1980 fue encontrada desmayada en el penal donde estaba presa en Ezeiza.
Poco tiempo más tarde se le extirpó un tumor y en el mes de Junio de 1982 el juez de sentencia Ángel Mercardo la absolvió de todos los cargos dejándola en libertad.
A mediados de 1985, en pleno juicio a los generales de la Junta Militar que habían gobernado a la  Argentina entre 1976 y 1982, Yiya había sido casi olvidada, hasta que volvió a ser condenada, aunque ella insistía sobre su inocencia.
Por reducción de la condena y la famosa ley del dos por uno, salió de prisión después de 16 años. 
Cuentan algunos que tuvo una muy breve relación amorosa con el ex presidente Arturo Frondizi.
En 2008 nuevamente volvió a tener  una denuncia en su contra, esta vez denunciada por su sobrina, quien decía que su tía la quiso envenenar con un plato de fideos con manteca, a los que les habría puesto veneno, aunque esto nunca se pudo comprobar.
Durante sus últimos años de vida, residió en el barrio porteño de La Boca donde falleció en Abril de 2014.
Carlos Robledo Puch había nacido el 22 de Enero de 1952 y fue apodado El Ángel Negro o El Ángel de la Muerte por los diarios nacionales.
Fue condenado por diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, diecisiete robos, una violación, una tentativa de violación, un abuso deshonesto, dos raptos y dos hurtos.
El día 15 de Marzo de 1971, Robledo Puch y su cómplice Jorge Ibáñez ingresaron al boliche Enamor en Olivos, llevándose $350.000 de la época.
Antes de huir, Puch asesinó al dueño y al sereno del establecimiento con una pistola Ruby calibre 32 mientras dormían.
El 9 de Mayo de 1971, a las cuatro de la mañana, Puch e Ibáñez ingresaron a un negocio de repuestos de automóviles Mercedes-Benz en Vicente López.
Al entrar en una de las habitaciones, encontraron a una pareja y a su hijo recién nacido.
Puch asesinó al hombre de un disparo e hirió a la mujer de la misma forma.
Ibáñez intentó violar a la mujer herida, quien sobrevivió y posteriormente testificó en el juicio.
Antes de huir con $400.000, Robledo Puch disparó a la cuna donde lloraba un bebé de pocos meses, quien logró quedar con vida.
El siguiente 24 de Mayo asesinaron al sereno de un supermercado en Olivos.
Por lo menos en dos ocasiones, a mediados de Junio de ese mismo año, Puch ejecutó en la ruta a dos jóvenes mujeres que habían sido abusadas sexualmente. Una de ellas pudo evitar ser violada por Ibáñez en el asiento trasero del automóvil.
El día 5 de Agosto, en circunstancias bastante dudosas, Ibáñez falleció luego de un accidente automovilístico.
Robledo Puch, quien conducía el vehículo, huyó ileso de la escena luego del accidente.
Hay quienes sospechan que en realidad se trató de un ajuste de cuentas.
Con la muerte de Ibáñez hubo un receso en la actividad delictiva de Robledo Puch, la cual retomó en Noviembre de 1971 junto con su nuevo cómplice, Héctor Somoza.
El 15 de ese mismo mes asaltaron un supermercado en Boulogne, acribillando al sereno con una pistola Astra Cádiz calibre 32 que obtuvieron pocos días antes en el robo a una armería.
Dos días después de este hecho, el 17 de Noviembre, irrumpieron en una concesionaria de autos y asesinaron al cuidador.
Pasada una semana, fue el turno de otra concesionaria en Martínez,
donde redujeron al sereno, le quitaron las llaves y robaron un $1.000.000.
Antes de huir, Puch remató a este  de un disparo en la zona occipital del cráneo.
El 1 de Febrero, Robledo Puch y Somoza ingresaron en una ferretería de Carupá, asesinaron al vigilante e intentaron abrir con las llaves la caja de caudales.
En una situación confusa donde aparentemente Robledo Puch se sobresaltó, asesinó de un disparo a Somoza.
Intentando dificultar la tarea de reconocimiento por parte de los investigadores policiales, tomó un soplete y quemó la cara del cadáver de Somoza.
Luego de abrir el cofre de caudales con el mismo soplete, recogió el botín y huyó de la escena.
Luego de una ola delictiva impresionante, fue detenido el 4 de Febrero de 1972, cuando recién había cumplido 20 años.
Fue juzgado y condenado en 1980, siendo sus últimas palabras ante el tribunal, "Esto fue un circo romano, algún día voy a salir y los voy a matar a todos".
En la actualidad, Carlos Robledo Puch continúa privado de su libertad en el penal de Sierra Chica.

Todo comenzó en el año 1982 cuando finalizaba la Guerra de Malvinas y ya estaba finalizando la última Dictadura Mililar de Argentina.
Fue en ese marco que Arquímedes Puccio, de profesión Contador Público y ex Diplomático, diseño un plan para hacerse de dinero, secuestrando empresarios que él conocía, o bien eran amigos de sus hijos,  cobrando un rescate para luego matarlos.
Arquímedes Puccio ya venía con antecedentes en este accionar, dado que había sido acusado de secuestrar a un empresario de Bonafide en el año 1973, pero fue sobreseído por falta de pruebas.
Para llevar a cabo su plan, se reunió con varios amigos, como Guillermo Fernández Laborda que era su amigo desde los años 70, Roberto Oscar Díaz que se desempeñaba como empleado en una concesionaria de autos, Rodolfo Franco un militar retirado con el rango de Coronel del Ejército y Herculiano Vilca de profesión albañil, el cual según se supo tiempo más tarde, fue quien acondicionó el sótano de la casa de Puccio, destinado a ocultar a las víctimas.
Este lugar tenía forma de  "L" y había sido ambientado como una cava de vinos, cuya puerta de acceso estaba tapada por un mueble de dos puertas, montado sobre ruedas.
Detrás de este mueble se encontraba una puerta que conducía a otra habitación, más pequeña y oscura, recubierta con papel periódico.
Había también un tacho metálico de pintura vacío con una tapa sobre uno de sus lados, que hacía las veces de un improvisado excusado, completando el mobiliario había una mesita y una sucia cama.
El día 22 de Julio de 1982, cometían su primer secuestro, el empresario de 23 años Ricardo Manoukian, al cual lo atrapan cuando salía de uno de los depósitos de los Supermercados Tanti, propiedad de su padre.
Su familia pagó u$s500.000 de rescate, pero el empresario no fue liberado y no volvieron a verlo nunca con vida.
Según fue probado posteriormente, el entregador de Manoukian fue uno de los hijos de Puccio, Alejandro, amigo personal del muchacho secuestrado, con el cual iban a todo tipo de fiestas juntos.
Mientras conducía por Avenida del Libertador, Manoukian observa a su amigo “Alex” Puccio haciéndole señas para que parara a conversar, así fue abordado por la fuerza, siendo llevado a punta de pistola a la casona.
Cuando el cuerpo de Manoukian fue encontrado tenía 3 disparos en la nuca, siendo asesinado el 30 de Julio de ese mismo año.
El 5 de Mayo de 1983 secuestran al Ingeniero Eduardo Aulet, quien acababa de recibirse recientemente, era casado, tenía 25 años y era también amigo de Alejandro Puccio, pues habían jugado al Rugby en el mismo equipo de San Isidro.
Es importante aclarar que el hijo de Arquímedes era un deportista famoso, había jugado en el Club Atlético San Isidro e integrado el equipo del Seleccionado Nacional de Rugby Los Pumas.
Aulet también fue asesinado, luego que su familia pagara un rescate de u$s100.000, pero su cadáver recién fue descubierto en 1987, enterrado en un campo de General Rodríguez.
El 22 de Junio de 1984, el empresario Emilio Naúm de 38 años, dueño de la conocida marca de ropa Mc Taylor, salía de su casa de Palermo Chico todos los días alrededor de las 10 de la mañana.
Cuando venía conduciendo su automóvil BMW, vio que Arquímedes Puccio le hacía señas para que se detuviera.

El empresario sin desconfiar de nada detiene la marcha de su vehículo.
El Clan lo había elegido como su próxima víctima para cobrar rescate, pero el empresario al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, se resiste y lo matan de un disparo en el pecho.
El tiempo corría y la vida del Clan Puccio, estaba por llegar a su fin un año después.
El 23 de Agosto de 1985, la policía detiene a Laborde que junto con Arquímedes y su hijo Daniel Puccio se disponían a cobrar el rescate de la empresaria, Bollini de Prado dueña de una concesionaria Mitsubishi que había sido secuestrada y alojada en el sótano de la casona.
Cuando la encontraron en la casa de los Puccio, llevaba ya 32 días de cautiverio, muy desmejorada, pero sin embargo con su ayuda se pudieron aclarar los crímenes del Clan.
La residencia de los Puccio se conoció más tarde como la residencia del terror, donde el sótano que albergaba a sus víctimas presas, era de hormigón armado, para evitar que los ruidos pudiesen ser escuchados desde el exterior.
En esos años algunos vecinos recuerdan a Arquímedes como “EL LOCO DE LA ESCOBA" porque siempre lo veían barriendo a altas horas de la madrugada.
El Clan fue detenido, en él estaban también Silvia y Daniel Puccio, hijos de Arquímedes y Epifania Calvo su mujer, pero luego fueron liberados.
En esta causa trabajaron incansablemente las telefonistas de la vieja empresa ENTEL que lograron ubicar con métodos casi prehistóricos, los llamados salientes que se hacían desde un teléfono público de una confitería en Av. del Libertador.
De inmediato se le aviso a la Policía, quien cuenta sólo con orden de detener a quien hablase por teléfono en dicho bar, no se sabía si se trataba de una o diez personas, pero allí se detuvo a Arquímedes Puccio quien se encontraba extorsionando telefónicamente.
Este fue el punto de partida para aclarar las actividades de esta familia  y liberar a la víctima todavía viva, que se encontraba aún en el sótano.
Al ser indagado Alejandro Puccio declaró no saber de las actividades del padre, pese a vivir allí, pero a instancias de Aníbal Ibarra, en ese entonces Secretario de la Cámara del Crimen, se llevó a cabo el allanamiento de la casa de los Puccio y se estableció que ninguna persona que viviese en ese lugar podía ignorar los hechos que allí sucedían, razón por la cual el Clan Puccio terminó en la cárcel.
 

A principio de la década de los ochenta se escribió esta historia de muertes que fue tapa de diarios y revistas de la época.
Todos los noticieros le dedicaron minutos y minutos de pantalla a este caso.
Hace más de 35 años, los hermanos Sergio y Pablo Schoklender fueron acusados del asesinato de sus padres.
Sometidos a juicio y declarados culpables, el caso hasta nuestros días mantiene un montón de puntos oscuros.
El domingo 31 de Mayo de 1981, a las once de la mañana unos chicos jugaban en la vereda de la Av. Coronel Díaz dentro del barrio de Recoleta, uno de los más famosos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En algún punto de sus juegos, uno de los niños notó que de un auto Dodge Polara estacionado en la calle, del baúl del mismo caía un delgado hilo de sangre.
Cuando la policía abrió el baúl, los oficiales encontraron dos cadáveres.
Eran un hombre y una mujer, ambos de unos 45 años, vestidos con pijamas y envueltos en una sábana blanca.
Habían muerto estrangulados y habían sido golpeados en la cabeza con barras de hierro.
Las víctimas eran Mauricio Schoklender, importante ingeniero industrial y su esposa Cristina.
La familia Schoklender pertenecía a la clase media alta de Buenos Aires.
Desde 1968, Mauricio trabajaba en Pittsburg y Cardiff, firma que representaba a grandes empresas bélicas de Europa.
La pareja tenía tres hijos: Sergio (de 23 años, cumplidos el día anterior al descubrimiento de los cadáveres), Pablo (de 20) y Ana Valeria (de 19).
Las autoridades trataron de comunicarse con los jóvenes pero sólo pudieron tomar declaración de la hermana menor.
Los mayores habían desaparecido, luego de haberle pedido u$s5000 a uno de los socios de su padre, diciendo que éste lo necesitaba.
Los hermanos viajaron a Mar del Plata dónde se instalaron temporalmente en el Gran Hotel Dorá donde finalmente se separaron.
La policía capturó a Sergio en el kilómetro 379 de la ruta 2, cerca de Mar del Plata.
A Pablo, lo encontraron en Ranchillos, localidad de Tucumán, dónde había comprado un caballo, siendo aparentemente su plan llegar a Bolivia.
Luego de ser arrestados, Sergio se declaró culpable de la muerte de sus padres y desligó a su hermano del caso.
Cuatro años después, el 12 de Marzo de 1985, la jueza Martha Leopardo lo condenaría a cadena perpetua y absolvería a Pablo.
Un año más tarde, la cámara de apelaciones rechazaría la absolución del segundo hijo de los Schoklender, pero éste habría desaparecido del país.
Recién el 14 de Mayo de 1994, la Interpol lo encontraría y arrestaría en la ciudad boliviana de Santa Cruz, bajo el nombre falso de Jorge Velázquez.
Mientras tanto, el mayor de los hermanos pasaría su sentencia en la prisión de Devoto, dónde ayudaría a formar un Centro de Estudiantes y a remodelar parte del penal para albergar una sede de la Universidad de la ciudad de Buenos Aires.
Él mismo estudiaría en dicha sede, abogacía, sociología y además psicología.
En 1993, Sergio formó íntima amistad con Hebe de Bonafini, figura líder de las Madres de Plaza de Mayo y dos años después, cuando su hermano entraba a prisión, logró obtener la libertad condicional.
Desde ese momento empezó a trabajar con las Madres, hasta llegar a ser uno de sus funcionarios más importantes.
Años después, Pablo también saldría en libertad condicional y se relacionaría también con dicha asociación.
Aunque la Justicia sometió a juicio a los hermanos y los condeno, estos mantuvieron una versión diferente.
Sergio afirmaría que su primera confesión habría sido obtenida bajo tortura, algo bastante posible en 1981, cuando Argentina estaba atravesando el infame Proceso de Reorganización Nacional.
Aún más, desde 1983 el mayor de los Schoklender, ha mantenido públicamente que los asesinos de sus padres fueron traficantes de armas amparados por el gobierno militar.
Cabe recordar que Pittsburg y Caddif cerraba tratos millonarios con gigantes bélicos como Thyssen durante la dictadura.
Ambos hermanos han declarado, también, que las relaciones dentro de la familia Schoklender distaban de ser idílicas.
Tanto Sergio como Pablo, argumentan que sufrieron maltratos a manos de su madre, la cual afirman que era alcohólica.