Quiero compartir con todos aquellos que ingresen a este espacio, un montón de recuerdos que son parte de mi niñez, adolescencia y juventud.
Recordaremos juntos de esos años 60, 70 y 80:
Las series y programas de televisión y sus actores
El cine y el teatro
Los automóviles
La música y sus intérpretes

Los deportes y sus protagonistas
La ciudad y nuestro barrio
Sitios de esparcimiento y diversión
Sucesos históricos

Costumbres de la época
Historias y personajes
……entre otras cosas.


12 de octubre de 2018

Dos emblemáticos programas que sin duda alguna, dejaron su marca en las emisoras de radio cuando comenzaron en los años 70 y 80.

MODART EN LA NOCHE.
Lo escuché durante años en las distintas emisoras, acompañándome durante toda mi época de estudiante.
Su conductor era Pedro Aníbal  Mansilla quien había llegado a nuestro país desde su Perú natal en la década del ’50.
Revalidó su carnet de Locutor obtenido en su país y comenzó recorrer agencias y productoras, consiguiendo rápidamente sus primeras contrataciones.
Decir MODART EN LA NOCHE, era asociar una de las sastrerías más importantes de Buenos Aires, la buena música y la inconfundible voz de Pedro Aníbal Mansilla.
Un éxito radial producido Ricardo Kleiman, un clásico de los años 70 que se mantuvo en el aire por espacio de más de 15 años, marcando una época y una forma de escuchar música. 
LAS SIETE LUNAS DE CRANDALL.
Salía al aire todos los días de 23.00 a 2.00 de la madrugada por radio Continental, programa que pertenecía a la agencia de Julio Moyano Producciones.
El ciclo tuvo la particularidad y el buen gusto de contar en distintas etapas con las mejores locutoras de esos años, con voces que te rompían el marote.
En sus inicios fue conducido  por Nucha Amengual, luego por   Betty Elizalde y en su última etapa fue conducido por Nora Perlé, que mantuvo el programa en el aire durante 16 años,  ganando cuatro estatuillas del Martín Fierro.
Fantásticas y seductoras voces de sus locutoras, aunque cada una le impuso al programa su impronta personal, que te obligaba a escuchar el programa hasta el final aunque el sueño te venciera.