Quiero compartir con todos aquellos que ingresen a este espacio, un montón de recuerdos que son parte de mi niñez, adolescencia y juventud.
Recordaremos juntos de esos años 60, 70 y 80:
Las series y programas de televisión y sus actores
El cine y el teatro
Los automóviles
La música y sus intérpretes

Los deportes y sus protagonistas
La ciudad y nuestro barrio
Sitios de esparcimiento y diversión
Sucesos históricos

Costumbres de la época
Historias y personajes
……entre otras cosas.


21 de junio de 2018

La isla de la fantasía.


Es el título de la serie de televisión estadounidense trasmitida por la cadena ABC entre 1977 y 1984.
Originalmente se televisaron dos películas donde el Sr. Roarke y Tattoo tenían papeles menores. Entre 1978 y 1984, la serie fue protagonizada por el actor mexicano Ricardo Montalban como el Sr. Roarke, enigmático anfitrión de una isla misteriosa en algún lugar del océano pacifico, donde la gente piensa cumplir sus fantasías sin importar su índole, previo pago de u$s 50 000 y a condición de que no revelarán nada acerca de su visita al lugar.
Roarke fue conocido por su famoso traje blanco y modales refinados e inicialmente estuvo acompañado por su enérgico asistente, el pequeño "Tattoo" (Herve Villechaize) quien acostumbraba anunciar la llegada de los visitantes con su frase "¡el avión, el avión!" mientras repiqueteaba una campana.
Luego se uniría una chica de nombre "Julie" (Wendy Schaal) y finalmente "Tatoo" sería reemplazado en 1983 hasta el final de la serie en 1984 por "Lawrence" (Christopher Hewett). 
Al momento de la llegada del hidroavión  a la isla, los huéspedes desembarcaban y Roarke le explicaba a Tattoo la fantasía de cada uno de ellos.
Si bien en las primeras películas Roarke tenía un carácter casi malévolo, en las series es más benevolente aunque un tanto sobrenatural sin que se llegue a explicar el origen de sus aparentes poderes. 
Las fantasías a veces incluían un riesgo para la vida del visitante, pero siempre al final Roarke llegaba al rescate. 
Salvo algunas ocasiones, nunca se permitía que los visitantes se quedaran en la isla una vez cumplidos sus deseos.